Una boda que cuesta vidas humanas

Por más que nos empeñemos en querer mantener nuestros planes hay cosas que se escapan a nuestro control y una pandemia mundial con miles de víctimas es, sin duda, motivo suficiente para tachar de la agenda lo que haga falta. Es lo que pretendía un joven indio que días antes de su boda, con fiebre y malestar, intentó anular la celebración. Sus padres le dieron un puñado de medicamentos y lo mandaron al altar con un empujoncito. Dos días después del “sí quiero” falleció y entre los asistentes a la ceremonia se detectaron más de ochenta positivos por coronavirus. La familia del hombre se ha mudado de casa mientras los afectados están en cuarentena. Meter toda su vida en maletas sí que no les ha costado. 

Una boda que cuesta vidas humanas

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