Fotografía contemporánea en Afundación

La sede de Afundación ofrece una selección de 30 obras del fondo fotográfico que  la Colección Telefónica inició en 2002. La muestra recoge un período clave en la historia de la fotografía, de 1973 a 2007, en el que se emancipa de su función documental y entra definitivamente en los circuitos del arte; pues si bien algunos museos comienzan a coleccionar fotografía en los años 30, no es hasta la década del 70 en que se la reivindica como medio de expresión artística. Se abre la muestra con  Bernd y Hilla Becher, creadores de la Escuela de Düsseldorf, con 5 fotos de la Chemische Fabrik Wesseling de Köln, que recogen las imponentes formas tubulares de acero de las máquinas, para resaltar la potencia e incluso la belleza formal de las creaciones de la ingeniería industrial. 

Ya René Huyghe, en su magna obra “El arte y el mundo moderno”, dejaba constancia de que “ la ciencia y la máquina lo han trastornado todo...” y han desligado al ser humano de “...su subordinación a la naturaleza...”. Es esta capacidad  para crear formas liberadas del servilismo natural, con auxilio casi siempre de la geometría, la que podemos ver también en las fotos de arquitectura; entre ellas la del Museo de Pérgamo de Thomas Struth, donde la funcionalidad de asocia con la monumentalidad; o el “Hong Kong Port” de Andreas Gurky, donde los edificios del primer plano oponen  sus vertiginosas alturas a la inmensidad del espacio abierto; o la “Gas Station” de Panos Kokkimas, visión nocturna de una estación de servicio, con toda la oscuridad rodeando el círculo de luz de la zona de surtidores; casi surreal es la flotante y reflejada arquitectura  de difuso azul de la “Waterhouse” de Per Barclay. 

Entre la fotografía de paisaje, en elaboraciones que remiten al post-minimalismo y al Land Art, hay que destacar “The Horizon Series” de Olafur Eliason, un políptico  de paisajes de Islandia, con la misma composición: plano de tierra-cielo, pero diferente luz; especialmente original es la obra “Proyeccións” de Pere Jaume, pues se trata, supuestamente, de un terreno ondulante con  blanca cordillera al fondo, pero una visión atenta revela que lo ha construido con cientos de fotografías superpuestas. La reflexión sobre el propio medio fotográfico aparece en el “apropiacionismo”, que se funda en que la imagen contemporánea es construcción cultural; esto es lo que Richard Prince quiere decir oponiendo fotos de chicas modernas en moto a la de legendarios cowboys. 

El concepto de obra maestra y el valor del mercado es cuestionado por Louise Lawler, en el tríptico “Combien pour ce chapeau?”, donde el mismo sombrero de prestidigitador se ofrece con imperceptibles variantes. Jürgen Klauke cuestiona los estereotipos sexuales, y lo mismo hace Cindy Sherman con  fotos de chico y chica que muestran  parecidos de delicadeza y sensibilidad. Con novedosos enfoques, Helena Almeida, Marina Abramovic, Zhanh Huan, Baldessari, Dicorcia, Mona Hatoum y Jorge Molder, entre otros, ofrecen el cuerpo como laboratorio de nuevas posibilidades expresivas.

Fotografía contemporánea en Afundación

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