Sic transit…Ferrol hace 100 años

provechamos el ya casi fin de la época estival para hacer un guiño a la historia de nuestra ciudad, y nos preguntamos, ¿Qué pasaba en Ferrol hace ahora cien años? Pues que llegaban náufragos y más náufragos procedentes de los vapores víctimas de los “lobos grises”; que moría a los 74 años de edad a causa de un infarto el celebérrimo ingeniero Andrés Avelino Comerma; que el ingeniero de caminos Casimiro Juanes trabajaba en el proyecto para unir el ramal ferroviario del arsenal con la línea de Betanzos (y que a la postre fue imposible llevarlo a la práctica); que a la entrada del puerto se realizaban obras de dragado y saneamiento que incluían la voladura de las grandes rocas que dificultaban la entrada de los buques al mismo en bajamar, además de otras que habilitarían su ampliación (muelle sur); que se aumentaron un 20 % los jornales de la maestranza; que se puso la quilla del crucero Reina Victoria Eugenia y se botó el vapor Carranza; que se veía con preocupación en el sector pesquero la subida del precio del carbón; que falleció  el diputado a Cortes por Ferrol perteneciente al Cuerpo Jurídico de la Armada Joaquín Moreno Lorenzo; que  el capitán de infantería de marina Manuel García Antón se quitó la vida disparándose un tiro en la sien derecha; que el periodista Agustín Burgos fue asesinado en el teatro por un disparo de la pistola del farmacéutico Bernardo Moreda por haberle ridiculizado en un periódico satírico de Fene donde colaboraba; que visitó el Departamento el ministro de Marina, el contralmirante Miranda; y que se logró sacar de su embarrancamiento al remolcador Antelo.
Todos estos sucesos, seleccionados por mi modesta persona tras el pesquisidor examen en las publicaciones periódicas de aquel año, me hacen recordar el acierto que Nicolás Fort Roldán tuvo al editar el “Anuario Ferrolano” (1901 a 1905) y el “Almanaque de Ferrol” (1906-1910), fuentes de consulta obligadas para todo el que quiera conocer lo acaecido en esos periodos.
Es una pena que aquellas publicaciones no tuvieran su continuidad, pues en aquella época todo suceso que no quedara “negro sobre blanco” quedaba a expensas de que la memoria colectiva lo perpetuara, lo que más pronto o más tarde lo condenaría al olvido.
Como dije un día en la introducción de uno de mis artículos “Con el pasar de los años y de los siglos, las sucesivas generaciones toman el relevo civilizador de la anterior, en un ciclo sin fin al que la humanidad está abocada desde el amanecer de los tiempos. En el camino van quedando los hombres y las mujeres que contribuyeron con su trabajo y esfuerzo a este progreso; lo efímero de nuestra existencia hace que sólo en el mejor de los casos permanezca un borroso recuerdo de aquellos, que acaba por desaparecer. Así de modesta es la contribución vital que en mayor o en menor medida hacemos los seres humanos a nuestra sociedad”.
Pues eso: Sic transit gloria mundi.
 

Sic transit…Ferrol hace 100 años

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