¡GRANDAL, TE NECESITAMOS!

Grandal, para los que no lo sepan, era el protagonista de la novela del mismo nombre que a finales del siglo XIX publicó el masón y exedil de nuestro concello Francisco Suarez García, ignorándose si el autor se inspiró en un personaje real o fue fruto de la pura invención; sea como fuere, Grandal era un bonachón y hercúleo trabajador del astillero que en la trama era el azote de los “malos”, a los que repartía, en cuanto tenía la más mínima ocasión, tortas como panes. La leyenda del personaje es tal, que en una de mis visitas al arsenal, alguien me comentó que un antepasado suyo había visto en uno de los pañoles las mastodónticas herramientas que usó.
Hace algunos años publiqué un pequeño artículo sobre el contexto histórico en el que se enmarcaba la novela, que el que sienta curiosidad puede localizar en uno de los números de la revista “Proa a la Mar” del año 2003.
Llegados a este punto se preguntarán ustedes el por qué traigo a colación en esta columna al bueno de Grandal, y la razón es la siguiente. El pasado martes leí en la prensa que el PSOE pregunta por el método “Lean” que está implantando Navantia. En la noticia se cita a la diputada ferrolana Paloma Rodríguez que según la prensa temía que Navantia optara por la producción “en cadena” en detrimento de otros métodos (y aquí utilizan el entrecomillado, por lo que se entiende que es una declaración literal) “utilizados por los astilleros de Navantia a lo largo de los últimos 300 años”.
Después de semejante declaración me permito recomendar a la sra. Rodríguez que a través de algún rito satánico resucite a Grandal, pues si nos atenemos a lo dicho Navantia poco menos que necesita de sus herramientas decimonónicas para sobrevivir... ¡pero bueno…!
¿A quién se le ocurre mejorar en pleno siglo XXI la eficiencia de los sistemas productivos? ¿Estamos todos locos?
Puestos ya, hagamos desaparecer los ordenadores, los móviles y los coches. Comuniquémonos con señales de humo y desplacémonos con carros tirados con bueyes, que es mucho más ecológico…, evolucionar…, optimizar los métodos de trabajo… ¿Pero dónde se ha visto eso? ¡Hasta ahí podíamos llegar!

¡GRANDAL, TE NECESITAMOS!

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