Feliz Navidad

A todos, pero muy especialmente a los miembros de las FF.AA. que un año más celebrarán las fiestas muy lejos de sus casas. Alguno (la ignorancia siempre es atrevida) se preguntará qué demonios hacen sus compatriotas sin la compañía de sus seres queridos…pues muy sencillo, intentar que el mundo sea, dentro de sus limitadas posibilidades, un poquito mejor.
Estos días se ha reabierto con fuerza el debate sobre los refugiados sirios. España, al igual que el resto de los países europeos que se comprometieron a acogerlos, no ha cumplido con el cupo acordado. Me imagino que el proceso será lento, teniendo en cuenta que hay que asegurarse bien de saber quién es el verdadero refugiado, y quién es puede ser un potencial terrorista.
Es obvio que a toda persona con buen corazón le gustaría que todo fuera más rápido, y que pudiéramos acogerles como lo que en su mayoría son; víctimas inocentes de una guerra en la que, aparte de la lucha por el poder, subyace como principal responsable de ella la expansión del fundamentalismo islámico. Y yo me pregunto, ¿sólo en Europa puede encontrar refugio aquella gente de religión musulmana? ¿Por qué países tan ricos y prósperos como Qatar, Arabia Saudí o los Emiratos Árabes no se muestran con interés para acogerlos siendo de su misma religión? ¿Buena pregunta verdad?
Parece (sólo digo que parece) que sólo la civilización occidental basada en el Derecho y en los valores tiene corazón en este mundo. En fin, que cada uno saque sus propias conclusiones.
Se puede criticar, como hacen muchos medios, la lentitud de nuestras autoridades, pero por lo menos hacemos e intentamos hacer algo por estas personas. La Armada tiene en estos momentos desplegados en operaciones humanitarias y de seguridad mundial dos de sus buques: el BAM Relámpago en el Océano Indico, luchando contra la piratería y protegiendo a los barcos del “Programa Mundial de Alimentos”;  y la fragata Navarra, rescatando e impidiendo el tráfico ilegal de inmigrantes en el Mediterráneo.
Son por tanto 260 hombres y mujeres que en sus interminables patrullas dan lo mejor de sí para un bien común, la prevalencia de la Ley frente a la barbarie.  Que sepáis que los buenos españoles no sólo no os olvidamos, sino que valoramos vuestra entrega y sacrificio y, como no, os deseamos, como no podía ser de otra manera en estas fechas, y dentro vuestras posibilidades, una Feliz Navidad. 
 

Feliz Navidad

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