CONSTANCIA CON PREMIO

Decía Goethe que “los coleccionistas somos hombres felices…”.
Y así está mi buen amigo Diego Quevedo, que la semana pasada recibió desde Vigo dos nuevas “Cintas de Lepanto” que vienen a incrementar su impresionante colección, sin duda la mejor de España y que reúne a casi un millar de ellas de todas las épocas.
Éstas últimas llevan las leyendas de “EN Ríos” y “Vigo EN”y son, nada más y nada menos, las primeras cintas que lució la marinería de ese establecimiento pontevedrés nacido al amparo de la Ley Miranda (1915), por lo que intentar encontrarlas hoy en día en anticuarios o “chambones” es misión prácticamente imposible.
Viene al caso recordar que esta prenda usada por la marinería se instituyó de manera reglamentaria en el primer tercio del XIX.  Desde que tuvo conocimiento de su existencia, han sido meses de esperay perseverancia con final feliz, lo cual indica que ha merecido la pena.
Pepe Collazo, un vigués que nació y vivió en la añorada ETEA. y que las custodiaba de toda la vida, decidió desprenderse de ellas, al autoconvencerse de que esta donación a Diego es solo transitoria, pues el destino final de todas ellas será en su momento el Museo Naval de Madrid, aunque para ello le echaran un cable de remolque dos buenos amigos vigueses, Javier Martínez (“Ulterius” para los amigos) y Alfredo Campos, a quienes les corresponde buena parte del éxito de la operación. Vaya desde esta modesta tribuna mi agradecimiento a Pepe Collazo, último y generoso donante de una larga lista de gente que durante muchos años han permitido que Diego reúna semejante cantidad de cintas, altruismo que las generaciones futuras han de alabar sin duda cuando luzcan expuestas, a poco que sepan apreciar nuestra rica historia naval.

 

CONSTANCIA CON PREMIO

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