¿Plaza de España o Porta Nova?

Hasta los años 40 del siglo pasado el núcleo urbano de Ferrol no comprendía más que el barrio de la Magdalena, Ferrol Vello y el antiguo barrio de Esteiro ya demolido.  Todo el resto que conocemos era campo, huertas y casas aisladas. La muralla de Ferrol construida ya en el siglo XVIII rodeaba la ciudad y pasaba por donde hoy se encuentra la plaza de España, en la que se erigía una gran puerta llamada Porta Nova.  Siendo la puerta de entrada a la capital departamental, marcaba la distinción entre el Ferrol urbano y la periferia rural. 
Más tarde, en los años 40 y por decisión de Franco, se decidió urbanizar el espacio que posteriormente albergaría la plaza más grande de la ciudad. De alguna manera, llamar a la antigua Porta Nova plaza de España respondía al objetivo de situar a “El Ferrol” en la categoría de gran ciudad (todas las ciudades importantes tienen su plaza de España, y la ciudad del generalísimo no podía ser menos). 
De este modo, Porta Nova se convirtió en una gran plaza y se empezaron a construir los edificios emblemáticos que aún se conservan hoy en día, como el Banco de España, en 1946, hoy edificio de la biblioteca municipal (la estatua de la discordia no se colocó hasta el año 1967).
Así, en los años 50 la plaza fue terminada en su conjunto y Ferrol pudo crecer a través de sus nuevos ensanches más allá de la aldea de Recimil, que hasta el momento era agro, llegando la urbanización al puente de las Cabras, límite físico con Narón, y obteniendo así su fisonomía actual.  
Sin embargo, con relación a la nueva polémica suscitada, lo más triste no es tener que discutir si la plaza se llama de España o si se recupera su antiguo nombre Porta Nova (en referencia a la puerta de la muralla situada allí y cuyo recorrido todavía se puede observar hoy en el suelo) sino que Ferrol cometiese el error, como en otras ciudades de España, de derrumbar sus antiguas murallas para continuar con la expansión de la ciudad, perdiendo así un patrimonio histórico irrecuperable y que hoy se demuestra que bien conservado y articulado puede perfectamente formar parte del entramado urbano de cualquier ciudad, como sucede en Lugo o en Ávila.
En definitiva, lo único que saco en conclusión de todo esto es que la maldición de la plaza de España y la obcecación de los ferrolanos por hacer obras en ella no comenzó con el BNG hace más de 15 años, sino en 1940. Igual por ello es el mismo Bloque el que quiere recuperar el antiguo nombre del lugar, para intentar así borrar los nefastos años vividos con la plaza de España, o Porta Nova, como la quieran llamar.
 

¿Plaza de España o Porta Nova?

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