Cuando Concepción Balcells de los Reyes tenía 15 años huyó de la Guerra Civil española para, solo tres años más tarde, bailar en la celebración del 50 cumpleaños de Hitler con el nombre artístico de Isa Reyes, que adoptó tras obtener en Francia el título de "Miss España en el Exilio" y quedar segunda en el concurso de Miss Europa.
En abril de 1939 la actuación ante Hitler en el teatro en el que el dictador alemán celebraba su cumpleaños fue como miembro del trío flamenco que formó con el bailarín Antonio Arcaraz y con su prima Alma, en una actuación que recordará con horror en sus memorias, publicadas ahora por la sevillana editorial Renacimiento con un prólogo del historiador Paul Preston.
"Mirar desde el escenario y ver una colección de los representantes del mal en el siglo XX extendida frente a mí", escribió sobre aquel día en estas memorias tituladas "Miss España en el exilio. El flamenco y el estrellato en la Europa de los años treinta", en edición del hijo de la autora, Dorian L. Nicol, quien ha completado el relato que su madre redactó en California durante los últimos años de su vida con recuerdos que ella misma le transmitió.
"A mi tierna edad, no había cumplido ni los dieciocho por aquel entonces, no podía ni empezar a imaginarme la profundidad del pozo de maldad y depravación en la que él (Hitler) y sus seguidores se sumergerían durante los siguientes meses y años", escribe Isa Reyes en sus memorias.
El horror que pudo sentir en aquel teatro de Berlín, y en la posterior fiesta en la Cancillería, a la que tuvo que asistir, es imaginable si se tiene en cuenta que el padre de Isa Reyes (Barcelona, 1921-California, 1991), Ricardo Balcells, tras dejarlas a ella, a su madre y su prima Alma en París, regresó a España para combatir como oficial del ejercito republicano contra Franco, quien en esos días del baile ante Hitler celebraba ya su victoria en la Guerra Civil.
"Es difícil imaginar un caleidoscopio mayor de experiencias que las de 'Conchita'", avisa Paul Preston en el prólogo a estas memorias porque, antes que ante Hitler, Isa y su prima Alma bailaron en Venecia ante Mussolini y su yerno y ministro de Exteriores, el conde Galeazzo Ciano, quien trató de seducir a Isa Reyes en cuanto concluyó su actuación.
Para que el conde Ciano cejara en sus intentos, Alma tuvo que interponerse inventándose la historia de que Isa era la amante secreta de un alto mando franquista, lo que abría la posibilidad de nefastas consecuencias políticas y diplomáticas.
La carrera artística de Isa Reyes -que eligió ese nombre por el canto tradicional canario- comenzó al poco de llegar a París cuando se empleó como modelo de colecciones de moda juvenil, momento en el que Sacha Guitry le dio un papelito de gitana en una de sus películas, tras lo cual, como tocaba las castañuelas, la guitarra y dominaba los pasos del tango y el foxtrot, además del compás flamenco, constituyó el dúo "Alma e Isa".
En París actuaron en una gala benéfica para recaudar fondos para la República Española, lo que la catapultó al concurso "Miss España en el exilio", organizado por el periódico 'Le Monde' y que ganó, para participar de inmediato en el de Miss Europa, celebrado en Dinamarca y en el que quedó segunda.
A partir de entonces se multiplicaron sus actuaciones, en un club parisino frecuentado por los Duques de Windsor y desde la Riviera Francesa hasta Polonia, pasando por Italia y Grecia, y recorriendo una Alemania que se preparaba para la guerra.
El testimonio de Isa Reyes ilumina aspectos poco conocidos de la vida cotidiana de los exiliados republicanos y "se hace plenamente merecedor de su inclusión en cualquier biblioteca sobre la España republicana", según Paul Preston, quien considera estas memorias "una importante, si bien inusual, contribución a la historia del exilio de los republicanos españoles".