La madre de la niña asesinada en Muimenta enfrenta la prisión permanente revisable en un juicio tres años tras el crimen

La madre de la niña asesinada en Muimenta enfrenta la prisión permanente revisable en un juicio tres años tras el crimen

El juicio por el crimen de la niña Desirée, asesinada en la localidad de Muimenta --Cospeito, Lugo-- cuando tenía siete años, llegará el próximo lunes, día 7 de febrero, a la sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo, donde se sentará, como única acusada, su madre, para quien las acusaciones piden la prisión permanente revisable.


La vista oral está fijada para seis jornadas, entre el 7 y el 14 de febrero, poco antes de que se cumpla el tercer aniversario del crimen, ocurrido el 3 de mayo de 2019. Para tratar de esclarecer lo sucedido, por la sala transitarán, además de la acusada, 22 testigos, 21 peritos, 16 agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación y tres facultativos.


Lo juzgará, como está fijado que sea con un caso de esta tipología, un jurado popular, que será escogido por las partes de entre los candidatos congregados y citados por sorteo, el primer día.


Desirée Leal, que tenía 7 años en el momento de su muerte, fue hallada sin vida en la casa de su madre, ubicada en Muimenta, localidad del municipio lugués de Cospeito, el 3 de mayo de 2019. La madre de la pequeña se encuentra en prisión provisional, comunicada y sin fianza como única acusada del crimen.


Además de Fiscalía, en el caso también están personados como acusación particular el padre de la niña, José Manuel Leal, y como popular la Fundación Amigos de Galicia. En los tres casos, se solicita la prisión permanente revisable para la madre de la niña, como autora de un delito de asesinato con alevosía, concurriendo las agravantes de parentesco, pero con atenuante de anomalía o alteración psíquica.


Asimismo, Fiscalía y acusación popular solicitan una indemnización de 300.000 para el padre de la pequeña, mientras que la particular pide 120.000 euros.


PLAN PARA EL ASESINATO
La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vilalba, que investigó la causa, consideró que de las pruebas realizadas se desprenden indicios de que la sospechosa urdió un plan para acabar con la vida de su hija, de siete años, algo que también incluye la Fiscalía en su escrito de acusación.


El Ministerio Público estima que, para llevar a cabo este "macabro plan", la mujer suministró a la pequeña, antes del 2 de mayo y en una fecha indeterminada, un "potente fármaco" llamado 'trazodona', con el fin de adormecerla para acabar con su vida. Sin embargo, alega, no consiguió "que la menor tomara la cantidad que ella requería".


En la madrugada del 2 al 3 de mayo, prosigue el Fiscal, mientras la niña dormía en la misma cama que ella, la madre "la agarró con sus manos por ambos lados del cuello, con suma violencia, para asfixiarla". Del mismo modo, presionó "con toda su fuerza la boca y la nariz de la pequeña, hasta lograr que dejase de respirar".


La niña, según la investigación, "llegó a despertarse y trató de defenderse", aunque sin lograrlo. Falleció por asfixia mecánica y oclusión de los orificios respiratorios.


La acusada ha sido diagnosticada de un trastorno de la personalidad de tipo mixto y de un trastorno psicótico no orgánico no especificado, que pudo "afectar de manera parcial" a sus capacidades durante los hechos.


La madre de la niña asesinada en Muimenta enfrenta la prisión permanente revisable en un juicio tres años tras el crimen

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