Lema impone al comercio un copago de sus planes para concederle ayudas

Lema impone al comercio un copago de sus planes para concederle ayudas
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El Gobierno local de la Marea subirá un peldaño las dificultades de las asociaciones de comerciantes para conseguir las preciadas subvenciones municipales que suelen solicitar para realizar actividades de dinamización del consumo en los barrios. Si las relaciones entre ambas partes ya eran tirantes debido a los problemas e imposiciones políticas de los últimos años, este año la Concejalía de Empleo y Economía Social ha decidido cambiar los pliegos de condiciones del programa e imponer una especie de copago a las entidades para poder acceder a la línea de ayudas. Aunque en principio solo demandan una inversión del 10% del presupuesto estimado para cada acción, lo cierto es que esto pone en duda si se presentarán todos los colectivos de la ciudad como en ejercicios anteriores ya que la mayoría carece de fondos propios para afrontar un gasto así.

El departamento responsable del área de Comercio, que dirige el concejal Alberto Lema, conseguía luz verde para el plan de ayudas a la dinamización del sector en la junta de Gobierno de hace unas semanas. No obstante, lo que parecía un acelerón para dejar listas las medidas de activación de las tiendas de proximidad antes de las elecciones municipales no ha hecho más que sembrar más incertidumbre entre los responsables de las asociaciones. 

Al menos un 10%
En el pliego de condiciones, la Concejalía de Empleo y Economía Social asegura que quiere “potenciar la colaboración entre asociaciones o federaciones y optimizar las acciones de dinamización del comercio de barrio desarrolladas en el ámbito de esta convocatoria”, por lo que en caso de colaborar con otra agrupación se incrementa el apoyo financiero que se puede conseguir. No obstante, parece que en un primer vistazo al documento los comerciantes no están convencidos con el nuevo rumbo tomado por las ayudas por concurrencia competitiva –que antes eran de carácter directo, algo que preferían– porque tendrán que autofinanciar parte de los planes que le presenten al Ayuntamiento. 

Si bien es cierto que en otras ocasiones han reconocido que esta cooperación sería positiva, lo cierto es que dadas las dificultades de supervivencia que atraviesan un gran número de establecimientos se antoja inviable que puedan hacerse cargo de abonos para dinamizar el consumo, una tarea que correspondería también al propio Gobierno local.  En los ejercicios pasados, y ante los retrasos de los pagos, algunas áreas lo han hecho solicitando créditos que luego compensaban o recurriendo al patrimonio personal de los empresarios porque no había saldo en los colectivos. 

A pesar de ser consciente de que la crisis y la contracción del consumo siguen presentes, el equipo de Lema ha estipulado que “es obligatorio la autofinanciación del proyecto o actividad, entendido como aportación económica al proyecto por parte de la entidad solicitante mediante aportación propia o de otras entidades, en un porcentaje mínimo del 10% del indicado en el presupuesto por lo que el presupuesto máximo susceptible de ser subvencionado puede alcanzar hasta el 90% del proyecto o actividad”.

Además, en esa intención de la Marea de dejar una parte del peso de la inversión en manos de las propias asociaciones sin ánimo de lucro, en las condiciones se destaca que la puntuación a la hora de obtener ayudas puede ir a más en función del dinero que se ponga sin necesidad de fondos públicos. Por ejemplo, si se aporta más de un 31% de la previsión de gasto de la iniciativa, se pueden obtener cuatro puntos del total de 20 en los que se valorará el proyecto. No obstante, la concejalía siempre se guarda la opción de invalidar una concesión.

Lema impone al comercio un copago de sus planes para concederle ayudas

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