"La clave para curar rápidamente úlceras venosas y por presión está en mejorar la microcirculación sanguínea y linfática con técnicas adecuadas”

"La clave para curar rápidamente úlceras venosas y por presión está en mejorar la microcirculación sanguínea y linfática con técnicas adecuadas”
Detalle del interior de una úlcera venosa. I CEDIDA

Las úlceras venosas y las úlceras por presión (UPP) son lesiones crónicas que afectan la piel y los tejidos subyacentes, con alta prevalencia en las extremidades inferiores. Estas heridas, de difícil cicatrización, suelen estar asociadas a trastornos circulatorios y pueden tener un fuerte impacto en la calidad de vida, generando dolor persistente, infecciones recurrentes e incluso limitación funcional.

 

“El 80 al 90 % de las úlceras vasculares son de origen venoso. Estas se producen por un proceso isquémico secundario a hipertensión venosa, generalmente debido a la incompetencia valvular, trombosis previas u otros factores de riesgo como la vida sedentaria, la obesidad, la hipertensión o el envejecimiento”, explica el Dr. Santiago Oliván Bistuer, Director Médico de la Unidad del Dolor de la Clínica San Lorenzo

 

Las úlceras venosas se manifiestan por la aparición de exudado rico en fibrina, que inhibe la regeneración cutánea. A nivel clínico, cursan con edema, inflamación, lipodermatoesclerosis y, en ocasiones, necrosis tisular. Afectan más a mujeres (3:1) y son especialmente frecuentes a partir de los 60 años.

 

Aunque existen protocolos bien establecidos para su tratamiento -limpieza, desbridamiento, tratamiento antibiótico, apósitos, compresión-, en la práctica clínica es común encontrar casos que no evolucionan favorablemente. “Muchos pacientes presentan úlceras que se cronifican a pesar de recibir las terapias locales habituales”, apunta el Dr. Oliván.

 

Frente a esta realidad, el especialista destaca la importancia de ir más allá del tratamiento tópico y centrarse en la causa subyacente: la alteración de la microcirculación.

 

“La microcirculación desempeña un papel esencial en la oxigenación y nutrición del tejido. Cuando hay un aumento sostenido de la presión venosa, se altera el flujo en los vasos más pequeños, lo que provoca inflamación local, liberación de sustancias proinflamatorias, salida de líquido al espacio intercelular y daño estructural. Este proceso puede ser el verdadero origen de las úlceras y su dificultad para sanar”, afirma.

 

Por tanto, para lograr una cicatrización efectiva y sostenible, es fundamental abordar el componente etiológico del trastorno circulatorio. Desde la Clínica San Lorenzo, el enfoque terapéutico se basa en diagnosticar y tratar el déficit de la microcirculación sanguínea y linfática, utilizando técnicas avanzadas y personalizadas.

 

“La experiencia clínica nos muestra que, cuando combinamos las curas tradicionales con estrategias destinadas a mejorar la microcirculación, los resultados son notablemente mejores y más rápidos. Potenciar la circulación local no solo favorece la regeneración del tejido, sino que reduce el riesgo de complicaciones graves como infecciones o incluso amputaciones”, concluye el Dr. Oliván. 

"La clave para curar rápidamente úlceras venosas y por presión está en mejorar la microcirculación sanguínea y linfática con técnicas adecuadas”

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