Hace unos 5 o 6 años, casi la mayoría de los habitantes de las grandes ciudades de entre 25 y 45 años utilizaban aplicaciones de citas. Esto se debía, entre otras cosas, a su mayor prevalencia: la generación de los que usan smartphones creció, se puso en pie, pero ya no pueden imaginar la vida sin su dispositivo, así como sin aplicaciones que han penetrado en todas las esferas de la vida, sin pasar por alto la vida personal. Con su ayuda, siguen pidiendo comida y taxis, buscando trabajo, llevándolo a cabo y viendo películas. Sin embargo, han empezado a salir menos.
Este tipo de aplicaciones están poco a poco pasando de moda; se ha vuelto impopular hablar de su uso entre amigos. Las estadísticas muestran que las citas a través de aplicaciones en la mayoría de los casos ni siquiera terminan con un encuentro puntual. Los expertos dicen seriamente que incluso Tinder puede seguir pronto el mismo camino que los populares sitios de citas de la década de 2000. Más o menos por las mismas razones.
Las aplicaciones de citas están diseñadas de tal manera que el usuario se centra únicamente en la primera impresión de la página. Por alguna razón, los perfiles que no les gustan pasan de largo, sin dar siquiera una oportunidad a estos usuarios.
El atractivo externo es sin duda importante, pero en la web global es bastante inútil evaluarlo por una foto. No menos importantes son la forma de comunicarse, los gestos y el timbre de voz. Por no hablar de que la aplicación puede contener fotos de otra persona o fotos editadas.
Normalmente, los perfiles de personas deseosas de comunicarse se «recorren» por docenas, incluso las simpatías mutuamente establecidas no garantizan que la gente intercambie siquiera un par de frases. Tarde o temprano, esta cadena iba a cansar hasta al visitante menos exigente.
Ahora los recursos orientados a las citas intentan mejorar sus calificaciones:
Aplicando elementos de gamificación
Creando mejores condiciones de comunicación e incluso de creatividad para los usuarios
Intentando combatir las ofertas muy poco disimuladas de servicios comerciales y el fraude
Pero el tiempo ya ha pasado, la opinión pública sobre recursos como Tinder se ha formado y es poco favorecedora. No todas las páginas que hay son falsas, no todas las chicas guapas son estafadoras, pero si un novato tropieza con ellas no en la primera semana, lo hará en la segunda.
Los resultados reales de la aplicación son cada vez menos frecuentes: el miedo a ser engañado, decepcionado o incluso robado supera el deseo de encontrarse fuera de línea.
Hay más aplicaciones, pero sólo se diferencian en el diseño: la navegación y las funciones son aproximadamente las mismas. Incluso los perfiles de los usuarios mejor valorados parecen clones.
El futuro de Internet está en los contenidos de video y en los videos en línea, según los expertos. El video chat en línea ya está al alcance de todos, los dispositivos se han vuelto más potentes, Internet es más rápido y estable.
Los chats con webcam para las citas también son cada vez más populares porque permiten:
Evaluar la forma de comunicación, el aspecto, el estilo, los gestos y las expresiones faciales en 5 minutos
No sentirse incómodo enviando frases cliché en el chat
Entender rápidamente lo cómodo que será con una persona a distancia.
El videochat acerca a las personas más rápido que los mensajes de texto y te puede decir mucho más sobre tu interlocutor y sus intenciones.
Hace tiempo que las videollamadas se han convertido en algo habitual; es difícil sorprender, alertar o confundir a la gente con ellas. El videochat aleatorio Bazoocam y el similar Joingy permiten a cualquiera encontrar un compañero de chat para la noche. Hay servicios alternativos disponibles en https://coomeet.com/es/bazoocam, sino también en ChatVille y Tinychat. El nivel de servicio también está creciendo: el chat por webcam de CooMeet, además de un filtro que garantiza la comunicación sólo entre usuarios de distinto sexo, ofrece incluso un traductor incorporado. CooMeet también tiene aplicaciones móviles y la administración exige confirmación de las cuentas femeninas.
El chat al azar también puede parecer una «cinta transportadora», porque el compañero de chat puede cambiarse en cualquier momento. Sin embargo, es difícil prepararse de antemano para una comunicación en tiempo real. Las intenciones del compañero de chat estarán claras en unos minutos, es más fácil entender si merece la pena transferir la comunicación de online a offline.
En cuanto a la navegación y el servicio, los videochats en línea ya no son más complicados, sino más cómodos que las aplicaciones tradicionales y tienen una funcionalidad más lógica. Se pueden establecer los parámetros de un compañero de chat al azar, se puede especificar el propósito de la cita y en el chat aleatorio se puede simplemente hablar.
Teniendo en cuenta que los jóvenes se centran cada vez más en el video, en los próximos años todas las aplicaciones de citas conocidas se transformarán en algún tipo de videochat o dejarán de ser interesantes.
La segunda opción es más probable: el desarrollo de aplicaciones con un público multimillonario se ha estancado, los directores creativos no pueden alejarse de las plantillas y sus superiores no entienden por qué es necesario.
La cuota de las chatroulettes en el número total de servicios de citas está creciendo, y la de las aplicaciones está disminuyendo a pesar de que cada vez hay más aplicaciones de este tipo. Al mismo tiempo, en los videochats hay un procedimiento de verificación de cuenta más estricto, y crear un personaje falso es mucho más difícil: no se puede engañar a una webcam.
Cabe suponer que la mayoría de los nuevos usuarios de aplicaciones de citas son estafadores y páginas falsas creadas con fines egoístas. Mientras que las personas reales se registran en los chats online buscando comunicación y citas.
No tiene sentido comparar chats aleatorios con las antaño populares «citas rápidas» offline. Sin embargo, este tipo de chat se asemeja más a ellas y no a los sitios o aplicaciones de citas. Al fin y al cabo, no se pueden fingir las emociones delante de la cámara, no se puede ocultar la apariencia, la voz y los gestos detrás de filtros. Por muy lustrosa que sea la página de la aplicación, carece por completo de todo esto, pues no es más que una copia «de plástico» de una persona. Por tanto, a largo plazo, este tipo de apps están condenadas al fracaso.