Zascas y zascandiles

Que VOX encargue a Ramón Tamames defender su moción de censura no habla, a mi juicio, bien de la capacidad intelectual de su frente de liderazgo: ellos allá. 
 

La cuestión es que la idea de contratar a un propio para un fin tan propio y singular de una «cuadra» ideológica determinada, no parece seria, porque a este paso vamos a pasar de una cámara «pesebrista» —en el que cada diputado podría votar a primeros de legislatura e irse a casa—, a una tomada por una corte de animadores de todo pelaje y follaje. Una especie del club de la comedia que haría del Congreso un decorado teatral en el que los zascas serían escritos por eximios guionistas, convirtiendo las sesiones parlamentarias en un espectáculo digno de encomio. Lo que permitiría a unos y otros «coloristas» reírse, hasta romper la caja, con esas verdades de barquero cantadas desde la tribuna con la fina ironía de lo grosero y la grosera ironía de lo verdadero. En fin, que si se pone de moda esta moda, cabe pensar que las retransmisiones parlamentarias van a ser objeto de deseo de los medios de comunicación y público en general. Nada que ver con las aburridas sesiones de estos últimos años en las que no se oyen más que gracietas y ocurrencias en un hemiciclo, por lo general, vacío.
 

De todos modos, puestos a innovar, porque no los censuramos a todos y ponemos en su lugar a comediantes, capaces, cuando menos, de explicar con alegría las tristezas de sus decisiones.

Zascas y zascandiles

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