Un día para ellas es poco, pero ciertamente antes ni eso. Y nos dieron la vida. Y han sido madres, compañeras, ejemplo a seguir. Me permite, para conocimiento general copiar unas declaraciones de la exitosa escritora Lucía Lijtmae: somos la mitad de la población y denuncio la desigualdad de esa mitad y exijo la igualdad para todas las personas.
Muchas veces perviven a la sombra del hombre aunque no lo merezcamos y casi siempre atienden las tareas menos cualificadas cuando verdaderamente el cariño que ponen en su tarea triplica la capacidad y empatía de los hombres.
No hace falta que les hable de las desigualdades en el mundo laboral o en las injusticias que aguantan a lo largo de su vida.
El grave problema de la humanidad., así en general, es que no se ha ocupado de verdad del resto de la humanidad: ese cincuenta por ciento que nos recuerda Lucía.
Nos decía que nadie nace feminista o machista sino que lo va aprendiendo ¿? en casa o en la calle y aceptas las reglas de una buena parte de la sociedad.
El manifiesto de este día de la mujer denuncia el retroceso de sus derechos y exige empleos fijos, estables y seguros
Una publicación nos hace la lista de las cien mujeres más importantes de Galicia en este año y en los primeras lugares encontramos a dos coruñesas: la vicepresidenta del gobierno, Nadia Calviño, Marta Ortega que lidera Inditex y Yolanda Díaz, ferrolana. Y si buscan bien aparecen cientos.
Acabo aquí: no hacen falta cuatrocientas palabras –que viene a ser lo habitual en “mis sermones” aquí en el periódico– para dejar claro mi solidaridad por tanto a tantas mujeres. Y espero que se apunten muchos. Es de justicia y sentido común. Y un día es muy poco para ratificarlo, pero al parecer es lo que hay.
Así que desde este modesto balcón dedicamos estas líneas. A las mujeres en general. A todas. A tantas y tantas por tanto.