Desde hace bastantes años la universidad de Harvard (EEUU), estudia el comportamiento de las democracias en todo el mundo; sus ventajas, aciertos, libertad y seguridad de los ciudadanos, evolución y también sus defectos y caídas en desgracia.
Actualmente estas investigaciones incrementan el interés de los estadounidenses debido a su convulsa situación política y social. Nunca, como hasta ahora, pensaron que su sistema de gobierno pudiera estar amenazado; una de las democracias más afianzadas en el mundo.
La “receta” para consolidar este régimen la resumen en: Constitución, altos niveles de educación, firme convicción por la libertad e igualdad, amplia clase media, diversificado y extenso sector privado, y riqueza. Entre las conclusiones a las que llegan destaca la idea de que en estos tiempos está surgiendo un nuevo tipo de golpe de estado que puede tumbar al régimen político “menos malo” que conoce el ser humano.
En la Historia reciente han detectado un cambio fundamental; hasta ahora se pensaba que una democracia solo podía caer por la acción de hombres armados o coacción del poder militar; esto suponía un punto y aparte, todo el mundo era consciente y la suspensión de la Constitución o la declaración de la ley marcial eran señales inequívocas, escandalosas.
Actualmente una democracia puede fracasar debido a los propios lideres electos. Sin sobresaltos, paso a paso, por lo que las alarmas en los ciudadanos no se dan. “El autócrata electo desmenuza la democracia hasta dejarla sin contenido”.
Estos casos se detectan por una serie de comportamientos: medidas gubernamentales no democráticas pero legales, acumulando personas afines en organismos oficiales como los servicios de inteligencia y tribunales además de debilitarlos, cuestionando los resultados electorales; subida de impuestos y burocracia que complican legalmente a la población y desvían su atención.
Otra señal inequívoca es el tratamiento del adversario como enemigo; el soborno encubierto de los medios de comunicación, las amenazas veladas a la prensa independiente que la puede hacer llegar a la autocensura e incluso el hostigamiento al sector empresarial privado. nEstos pasos se justifican con el argumento de dar una democracia mejor al pueblo y luchar contra la corrupción.
Si a estas conclusiones, que ha llegado la mencionada universidad, añadimos descredito al mérito y el esfuerzo, tergiversación de la Historia, manipulación de la enseñanza, desprecio a las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado, falta de escrúpulos y ética a la hora de lograr pactos, ¿les suena de algo?