Parece un chiste abrir el balcón con esta noticia reciente: el Tribunal Constitucional busca un pacto interno PARA ANTES DE JUNIO, para hacer público el fallo sobre el aborto ¡un asunto que lleva ¡casi trece años sin resolver! Un recurso presentado por el Partido Popular con esa ley aprobada por la izquierda. Claro: si el tango dice “que veinte años no es nada”, añadiendo que “siempre que sea febril la mirada” no les extrañe como miran esos asuntos sus señorías.
Un alto en el Ministerio Fiscal pues está cerca la renovación de su Consejo donde podría ganar el sector más conservador o más de derechas. Y aunque no se lo crean dice El País que está en marcha una férrea campaña electoral.
Y con la que está cayendo sus señorías tienen que verse con el “pelotazo” de las mascarillas –fueron carillas de carajo– donde están pringaos unos cuantos listos que, no hay duda, contaron con otros tantos listillos en las administraciones. Hay que quitar la máscara de verdad –desenmascarar, vamos– a tanto golfo.
Y del precio de la luz, qué? Pues que a las eléctrica les seguirá cayendo el agua y el viento –los llamados beneficios caídos del cielo– ya que las grandes eléctrica han presentado un recurso pera que no les quiten ese maná.
Un vistazo a la política: los barones del PP preparan ya para debatir el apoyo de Feijóo a Vox –el pacto de Castilla y León– y muchos se temen lo peor. La clave está ahora en las próximas elecciones en Andalucía.
Otra vez los pecados del Emérito salen a la luz a través de un periódico y una revista. Desde sus cacerías, que costaban un pastón, y sus amoríos que también tenían un elevado precio. Por cierto si contaban que a Franco le ponía las truchas en el anzuelo a juan Carlos su escolta le ayudaba a tiros a ganar sus elefantes.
Las últimas cifras de nuestra realidad destapan que el treinta por ciento de la población no tiene ayuda alguna. Que hay medio millón de hogares que sobreviven y que aún hay salarios de cuatrocientos veinte euros al mes. aun encima, nos amenazan con las alergias primaverales mientras nos cuentan que la Atención Primaria –el primer paso para gozar de una buena salud– necesita en España ocho mil médicos, quince mil enfermeros que traducido en dinero supone unos diez mil millones. La actualidad nos enfrenta a la realidad. Y no es para tirar cohetes.