Esta es una historia real de estos días en este país. En esencia se trata de un matrimonio donde el hombre maltrata a su esposa, pero ha ejercido la autodeterminación de género y se ha registrado como mujer, aunque no se someterá a ninguna cirugía porque quiere conservar sus testículos, y se limitará a hormonarse para que le crezcan los pechos. Es decir, será un hombre con pechos ante todos pero no ante el juzgado, que ha retirado preventivamente la acusación de violencia machista a la espera de que se apruebe la Ley Trans. Este sinsentido hace que sea es necesario debatir el anteproyecto a fondo y con serenidad, para hacer los cambios que garanticen los derechos de las mujeres. Decía Ramón Rubial que la revolución se hace en el Boletín Oficial del Estado, y así es que el trabajo de Yolanda Díaz no tiene nada que ver con la muy difícil definición del de Irene Montero y Jolene Belarra.