La pobreza

La pobreza en nuestro país constituye un problema profundo y multidimensional, al que se le une la exclusión social y la desigualdad. Los últimos informes señalan que las tasas de pobreza se han mantenido altas y constantes, poniendo de relieve las deficiencias y vulnerabilidades del actual modelo social que se agrava en los momentos de crisis.


El último informe elaborado en el año 2021 señala que en Galicia  el 25,2 % de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social-unas 678.000 personas. Y que a  nivel de España  el 20,4 % de la población- más de nueve millones  de personas- están en riesgo de pobreza, de las que  el  10,2 % - más de cuatro millones- vivían en pobreza severa. 


El domingo día 19  es una buena ocasión para que nos detengamos y pensemos en los problemas que está ocasionando la pobreza. Y lo podemos hacer con motivo de la VII Jornada Mundial de los Pobres, promovida por el Papa Francisco y que cumple su séptimo año. En esta ocasión nos recuerdan como lema general: “No apartes tu rostro del pobre”. Esta convocatoria es una nueva oportunidad para reflexionar sobre cómo dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad. 


En el momento actual muchas familias debido a las especulaciones que provocan el aumento de los costes de vida se vuelven aún más indigentes. No podemos olvidar que las retribuciones, lo salarios, que no llegan para cubrir en gran parte las necesidades mínimas, obligan a muchas de ellas a privaciones que atentan contra la dignidad de las personas. Una reciente encuesta señala que muchas unidades familiares tienen que elegir entre la comida para cumplir con las medidas alimentarias mínimas, o las medicinas para recuperar la salud .En nombre de la dignidad de la persona humana se debe escuchar su voz cuando reclaman ambos derechos. 


En todo este proceso la precariedad laboral o los trabajadores pobres, marcan una línea de inflexión en estas  situaciones de pobreza, en la que destacan especialmente las que afectan a los jóvenes. Un proceso de ayuda y acompañamiento en el que es necesaria la solidaridad y la subsidiariedad de tantos ciudadanos que creen en el valor del compromiso voluntario de entrega a los pobres. En tal sentido recuerdo las palabras del Papa Francisco cuando nos señala: “Quienes viven en condiciones de pobreza también han de ser implicados y acompañados en un proceso de cambio y responsabilidad”, 


No lo olvidemos, todos son nuestros prójimos, y necesitamos un compromiso político y legislativo serio y eficaz para entre todos buscar las soluciones para ir paliando de la mejor forma posible la pobreza que cada vez tiene muchas caras distintas.

La pobreza

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