El mundo entero lleva meses luchando contra la peor variable de la economía, la que afecta a todo y a todos, el peor de los impuestos que no es otro que la inflación. Nos come el poder de compra, los ahorros y se lleva por delante la inversión y el empleo. Todos los bancos centrales BCE, FED, Banco de Inglaterra, etc. Han emprendido desde hace meses una guerra abierta contra la subida de los precios mediante subidas de los tipos de interés, lo que está ahogando a empresas y hogares. Es una forma de bajar los humos la inflación aún a costa de ralentizar el crecimiento. Otra forma es, en opinión de los expertos, bajar el gasto público disparado por la pandemia y por la invasión de Ucrania. Pero, esto es pedir demasiado a los gobiernos. De hecho, como ha ocurrido en España las arcas públicas se han llenado de miles de millones de recaudación extraordinario, precisamente por la subida de los precios.
Estábamos en esta política monetaria de subir los tipos de interés, cuando la OPEP ha decidido dejar de bombear un millón de barriles de petróleo, de dejar de suministrar todo ese oro negro. Y lo que va a ocurrir lógicamente es que van a subir los precios de los combustibles, tensionando de nuevo los precios de toda la cadena de suministro empezando por el transporte y siguiendo por todo lo demás. Las últimas estimaciones hablan ya de un petróleo a 100 dólares y de un retraso en la lucha contra la inflación.
El gobierno de nuestro país estaba muy contento porque en marzo el IPC general se había moderado, a pesar de que la subyacente sigue su escalada. La idea es vendernos que más o menos está controlada y que en los próximos meses podríamos comprobarlo. Veremos ahora qué ocurre y qué hacen los bancos centrales ante este incomodo visitante. Hay que tener en cuenta que uno de los elementos que estaba presionando a la baja la inflación en España era la caída de los precios de los carburantes, aunque no se puede dejar de lado el efecto escalón que provoca que en marzo del año pasado el IPC rozara el 10%. La OPEP ha puesto otro palo en la rueda que habrá que ver cómo sorteamos.