Los migrantes españoles

A cualquiera se le encoge el corazón cuando vemos las barcas cargadas de seres humanos que llegan a nuestras costas. Niños y adultos se ponen en manos de mafias que trafican con seres humanos a los que traen a nuestro país y algunos llegan y otros se quedan en la profundidad de los mares por la irresponsabilidad de esas mafias que, a cambio de dinero, los engañan para que se jueguen la vida. Ellos llenan sus bolsillos y cargan nuestras conciencias con muertos que no nos corresponden, pero esto está montado así. No sé cuantos migrantes podemos acoger aquí, pero desde luego no puede ser infinito. Tenemos los recursos que tenemos y somos la frontera sur de Europa, pero a esta no se le ocurre nada, ni está ni se le espera, aquí los españoles nos quedamos con un problema y el discurso progresista dice que debemos acoger a todos los que vengan, sin límite. Yo no creo que eso sea posible, creo que la migración irregular debe ser controlada y que se deben de poner los medios que pongan límite a esta llegada masiva de personas a las que no se le puede atender como es debido porque lo que no son infinitos son los recursos. Muchos son jóvenes, no se sabe si menores o no porque no acreditan su edad de ninguna manera, pero también vienen bebés, mujeres y adultos que esperan que aquí les demos un futuro y una vida mejor. Para eso están nuestros impuestos, para la sanidad, la educación, los migrantes y todos los gastos que el estado tiene y los españoles aportamos con esfuerzo nuestra contribución en forma de impuestos. El buenismo progre debe creer que los recursos son ilimitados y que hemos de hacer frente a todo y claro, los ciudadanos nos miramos “pasmados” pensando como puede ser: si tenemos X recursos, no podemos hacernos cargos de X más Y más y más Y hasta el infinito. Esto no hará más que engordar un problema al que el gobierno no sabe darle solución. Cuando la situación es insostenible como en Canarias, el gobierno habla de reparto por comunidades autónomas, pero no menciona incluir a Europa en el reparto, es más, cuando Europa habló de cupos creo que ni un solo país cumplió con lo pactado. Por lo tanto, el problema es local y no global. Ya en España, los socios catalanes de Sánchez exigen que a su comunidad no se mande ni uno más. No entraré en las quejas de aquellos que relacionan esta migración con un incremento de la delincuencia, no tengo datos, ni de aquellos que protestan porque en algunos colegios los migrantes exijan un cambio en los menús para adaptarlos a su religión, lo que sí digo es que aquellos a los que se pueda acoger han de adaptarse a nuestra cultura y a nuestras costumbres, parece de sentido común. Pero hay una cosa que me indigna especialmente. Cuando se pretende comparar a estos migrantes irregulares con los españoles que emigraron. No, no tiene comparación.

Nuestros emigrantes eran regulares, perfectamente identificados, iban a trabajar, mantenían a sus familias y cuando ahorraban lo suficiente regresaban a nuestro país con mayor o menor fortuna, pero no pretendían cambiar la cultura de sus países de destino, respetaban sus costumbres, muchos tenían que pasar una cuarentena en barracones en los países a los que llegaban y se ayudaban entre ellos para poder progresar. Las diferencias son muchas, ya está bien de demagogias.

Los migrantes españoles

Te puede interesar