Lla espera de analizar cómo está el ambiente alrededor de Génova y la respuesta a los penúltimos movimientos de sus protagonistas: por ejemplo la salida del que fue primer líder elegido –el señor Pablo Casado– hoy repudiado por el fuego amigo de sus excompañeros y la entrada del nuevo –el señor Alberto Núñez Feijóo– otros personajes de ese mundillo tan vigilado como es el de los políticos, llama la atención por sus nuevos afanes.
Ahí tenemos también a Yolanda Díaz que está de gira por toda España para lanzar una nueva plataforma política con la que pretende aglutinar a todo el voto que se sitúa a la izquierda del partido socialista.
No estará de más recordar que es una de las actuales ministras mejor valorada del Ejecutivo de Pedro Sánchez y que también parece ser la situada más a la izquierda del actual ejecutivo.
En los mentideros madrileños –allá donde nacen, perviven y mueren políticas y políticos– ya han puesto en su diana a doña Yolanda y escarbado alrededor de su entorno con preguntas como esta ¿Qué piensan en Podemos? ¿Qué hará Pedro Sánchez?
De momento solo sabemos que la vicepresidenta dedicará buena arte de la primavera para pulsar opiniones y auscultar entre las formaciones más activas situadas a la izquierda para –nunca lo ha negado– encontrar a una nueva de izquierda con carácter transversal para desde esa plataforma construir un nuevo proyecto de país.
Otra de las tareas de Yolanda Díaz, según confesó a los diarios madrileños, es reducir la brecha entre las dos sensibilidades del actual gobierno.
Algunos quieren encontrar en este plan de doña Yolanda similitudes con la aparición de las mareas en Galicia que hace seis años y con el Bloque constituían la verdadera oposición a Feijóo. Hay que añadir que con escasa suerte.
Pero algo se está movimiento en ese mundillo: el Partido Popular cada vez más cerca de VOX en algunos territorios mientras en otros parece claro que va a ser su alternativa.
Y estos días se celebró una reunión entre Otegi y Junqueras para preparar una estrategia común para lo que llaman “la liberación de Cataluña y el País Vasco. Un primer paso será unir sus fuerzas para conseguir del ejecutivo –a cambio de sus votos, claro– más beneficios.
Entramos en una especie de tsunami político que nadie sabe aún como acabará. Viene a ser como un camino de ida y vuelta. Habrá que estar prevenidos.