La horrible semana de Nadia Calviño

La vicepresidenta para Asuntos Económicos lleva semanas asegurando que la economía española está fuerte, que España es el país que más va a crecer y que el paro va como un tiro. Nadia Calviño ha obviado durante todo este tiempo las señales que mandaban todos los organismos nacionales e internacionales. Y con su añejo cuadro de previsiones ha armado junto a la ministra de Hacienda unos Presupuestos Generales del Estado que no son coherentes ni reales ni van a servir para dar un impulso a la economía de la nación ni a la de empresas y trabajadores.
 

La semana horrible empezó el jueves con la publicación de la EPA en la que, por encima de todo, queda claro que en el tercer trimestre dos de cada tres empleos creados lo han sido en el sector público, que el paro sigue aumentando y que se ralentiza la creación de empleo. El viernes con la publicación de la evolución del PIB volvió a demostrarse el frenazo económico que vivimos, coherente con la marcha del mercado de trabajo. De julio a septiembre, a pesar de la mejor evolución del turismo, apenas crecimos un 0,2%, cuando por ejemplo Alemania, a la que le suceden problemas aún mayores que a España por su brutal dependencia de Rusia, ha crecido 0,3%. De hecho, la AIReF ya ha dejado claro que en el cuarto trimestre la economía española sufrirá un decrecimiento. Por si esto fuera poco, también el viernes, a pesar de los mensajes de que la inflación había bajado, la realidad es que los precios siguen subiendo, un 7,3%, aunque se haya moderado algo su subida. Lo preocupante, además, es que la inflación subyacente sigue en un altísimo 6,2%.
 

Y no acaban con la publicación de todos estos datos los dolores de cabeza para el Gobierno. Desde el Parlamento Europeo se ha mandado a España el mensaje de que no saben qué hacemos con el dinero de los fondos europeos, más si los socialistas allí están intentando cambiar las promesas de reformas que se mandaron para recibir los fondos. Pretenden el juego del trilerismo y les han cazado. 
 

El mensaje es más demoledor si cabe, cuando en la reprimenda se hace referencia a las dimisiones que se han producido en el área del gobierno que se tenía que dedicar a la coordinación de esos fondos. Sólo falta que obliguen al Gobierno a devolver el dinero recibido hasta ahora y no llegue más, lo que pondría aún más en solfa las últimas cuentas públicas aprobadas por Sánchez y sus socios.

La horrible semana de Nadia Calviño

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