La Galicia vacía

En estos tiempos mucho se habla de la España vacía y poco de Galicia, la cual, se haya también en la misma tesitura, los cambios en la población española en general han sido muy pronunciados en lo que respecta al mundo rural, salvo excepciones en que en muchos casos se incrementó la población de estos municipios, aunque no es el caso de Galicia, esta comunidad se haya año tras año perdiendo una parte importante de sus habitantes por la falta de oportunidades para seguir en esta región.

Haciendo un poco de historia sobre la evolución de la población española, hallamos a Galicia como una de las regiones más pobladas de España con casi un millón cien mil almas, en mayo de 1821, mientras, Cataluña, contaba con apenas ochocientos trece mil y Madrid algo más de doscientos veintinueve mil, cuando la población total de España ascendía a poco más de diez millones de almas.

La evolución siguió su curso hasta llegar a la actual situación, en que Galicia cuenta con casi dos millones setecientos mil habitantes, mientras Cataluña eleva su cifra hasta más de siete millones seiscientos sesenta mil y Madrid, tiene algo más de seis millones setecientos mil habitantes, pese haber bajado en los últimos tiempos el número de su población, mientras Cataluña, lo incrementa en una cuantía moderada.

Dicha evolución viene dada por el desarrollo industrial, comercial y económico de ambas comunidades, frente a la olvidada Galicia, que apenas cuenta con industrias en su territorio, en comparación con ambas comunidades señaladas, lo que supone un pesado lastre que arrastra desde finales del pasado siglo XVIII, con los primeros colonos gallegos enviados a tierras americanas.

La emigración sería la sangría permanente de esta tierra durante todo el siglo XIX y buena parte del XX, desparramándose los naturales de Galicia por los continentes americano y europeo y por la península, en su mayor parte. Lo que supuso de forma paulatina el dejar vacía una parte importante de los pueblos gallegos y abandonados en su mayoría sin un solo habitante, mientras en otros, apenas, ya hay vida.

En los últimos 25 años, en la franja de 1996-2020, la población rural gallega perdió casi el 17% de su población, al trasladarse a otros municipios, ya sean regionales o peninsulares, lo que impacta en las ciudades medianas de forma negativa en su crecimiento, al perder servicios esenciales, ya sean de índole público o privado, funcionando como una correa de transmisión de la despoblación del rural gallego.

La caída de población en Galicia acaba por hundir la demanda de los servicios de aquellos ayuntamientos pequeños y medianos, con la constante pérdida de población. La única solución, a parte de la industrialización de la región, para que esta sea atractiva a los inversores y un acicate para las poblaciones rurales, es la unión de varios municipios pequeños y medianos, suprimiendo los costosos costes en que se hallan muchos de ellos.


La Galicia vacía

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