Ferrol-Oviedo-Gijón

El hecho de tener un pasado común y albergar una tradición cultural semejante no son motivos suficientes para la concordia ni para el entendimiento. Sin embargo, en el caso de los gallegos y los asturianos, perennemente ha existido entre nosotros –o por lo menos, así lo he percibido siempre– un sincero sentimiento de hermandad, afecto y recíproca admiración. Pese a la cantidad y variedad de ejemplos que lo atestiguan, merece especial atención, quizás por defecto, el estado de las comunicaciones entre las dos regiones. En 1972 se inauguró, tras casi un siglo de retraso, el tramo Luarca-Vegadeo, el último que restaba para completar el trazado de la línea de ferrocarril que conecta las ciudades de Ferrol, Oviedo y Gijón. El trayecto, de vía única y que discurre en paralelo a la costa cantábrica, permite al viajero contemplar los preciosos paisajes que el norte nos regala. Aunque Don Quijote nos recordase, con toda razón, que “cargar y ensartar refranes a troche y moche, hace la plática desmayada y baja”, no se resiste uno a ser como Sancho Panza y afirmar, no sin cierto pudor lingüístico, que no es oro todo lo que reluce. Desde hace décadas el servicio no alcanza los mínimos de calidad que de un país desarrollado se puede esperar. Retrasos injustificados, averías constantes, apeaderos fantasmagóricos y trayectos interminables socavan la paciencia de un viajero que observa como la única manera rápida, segura y barata de visitar a nuestros vecinos es por carretera. La primera referencia que tengo de este tren es por mi abuela paterna, quién por razones laborales acostumbraba a visitar Ferrol. Intenté, en muchas ocasiones, probar la misma suerte que ella, con desigual resultado. Comprobé como la línea Ferrol-Oviedo-Gijón es una auténtica odisea, en el sentido más peyorativo. La solución fácil pasa por suprimir tan histórica conexión. Quizás nadie se ha percatado de que el norte español está vertebrado, aparte de por carretera, por una red de ferrocarril de la antigua FEVE desde Ferrol hasta San Sebastián. El Camino de Santiago da oportunidades colosales. Los trenes turísticos, a precios estratosféricos y en los que Ferrol constituye un punto neurálgico, no bastan, deben adaptarse al mercado y en todo caso no resultan, en absoluto, incompatibles con potenciar el resto de las conexiones.

Ferrol-Oviedo-Gijón

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