Faltan médicos de cabecera

Con la llegada de las épocas veraniegas, las propicias para las vacaciones anuales, vemos como se acrecienta la falta de los denominados médicos de familia, de atención primaria, que desarrollan su trabajo en los ambulatorios y consultorios del Servicio Galego de Salude. Hoy en día esta especialidad suele ocupar los primeros lugares en lo relativo a  la falta de especialistas que lleguen a cubrir las plazas existentes en un centro de diagnóstico, ambulatorio o lugar parroquial en el que el facultativo pasa consulta diariamente, o en algunos casos un par de días a la semana. 


Entre las definiciones más frecuentes sobre este profesional destacamos la que hace mención a que el médico general, de familia, de atención primaria o de cabecera, es el responsable de proporcionar atención integral y continuada a todo individuo que solicite asistencia médica y puede implicar para ello a otros profesionales de la salud, desviando a los pacientes para que reciban la atención necesaria en cada momento.


Su trabajo es el de la coordinación de recursos sanitarios, orientación a la familia y a la comunidad. Son profesionales que en los últimos tiempos asumieron el protagonismo de un gran cambio de la sanidad teniendo como centro la prevención de la enfermedad, la promoción de la salud y la eficiencia. 
Estos facultativos se preparan durante cuatro años en el estamento MIR. Período formativo que llevan a cabo  tanto en el hospital como en centros de salud acreditados para ello. La formación de este colectivo médico repercute en una mejora de la salud de la población.


Los médicos de cabecera son necesarios a todos los niveles. Se trata del primer eslabón importante en la atención sanitaria para que los pacientes puedan  disponer de los tratamientos necesarios y en caso de que la patología  tenga otros signos sean derivados a los especialistas correspondientes para su  estudio, diagnóstico y tratamiento correspondiente.


Sigo sin entender porque todos los años cuando se convocan plazas de médicos de familia muchas de ellas quedan sin ser cubiertas. Es necesario saber las razones por las que profesionales perfectamente formados no firman muchas de estas plazas que se sacan a concurso público. Algo pasa y la administración sanitaria tiene que conocer los motivos para de este modo adoptar soluciones.


No podemos padecer, como usuarios sanitarios, que todos los años los médicos de cabecera estén colapsados en cuando a los pacientes que tienen que atender. Ni ellos pueden desarrollar perfectamente su trabajo -se acortan los tiempos para las consultas-, y los pacientes tenemos que hacer esperas de días para que se nos dé una cita médica. La acumulación de cartillas entre los facultativos de cabecera no es una buena solución. Hay que contratar más más medicos. Y para ello es necesario saber la motivación por la que no firman las plazas que se ofertan. 

Faltan médicos de cabecera

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