Desembarco en Galicia

El delegado del Gobierno anticipó en diciembre el desembarco de ministros antes de las elecciones “con un carrusel de anuncios para la comunidad” y la avanzadilla de ese desembarco la protagonizó el presidente del Gobierno al que le entró de pronto tanto amor por Galicia que cualquier día nos sorprende bailando una muiñeira. 


El martes apareció en Ferrol para anunciar la construcción de un buque para la Armada, una inversión de 439 millones, 1.800 empleos y tres millones de horas de trabajo. Excelente noticia para Navantia, para muchas empresas auxiliares y para revitalizar a  Ferrol y a toda la comarca. 


Pero el anuncio del presidente nace con dos estigmas. El primero es que desprende el tufillo electoralista de conejo sacado de la chistera, de hecho la Armada no tiene este buque entre sus prioridades. El segundo estigma viene dado por su poca credibilidad al vivir instalado en la mentira, aunque la llame “cambios de opinión”. 


Por eso, el barco de la Armada suena más a anunció electoral que institucional.  ¿Mantendrá la promesa con resultado adverso? Habrá que esperar, su trayectoria política y personal vinculada al engaño invita a la cautela, aunque este sería un engaño muy gordo y tratar de engañar a los gallegos es un mal negocio. 
El sábado estuvo en Lugo, arremetió contra la derecha que gobierna Galicia -eso quisieron los gallegos- y dijo que “con Besteiro en la Xunta, Galicia no rueda, vuela”, un eslogan pegadizo que no concretó poniendo en manos de su candidato promesas creíbles. Y las perspectivas no son buenas.  


“La realidad es la verdad”, dijo el presidente para justificar sus “cambios de opinión” y la realidad es que la paralización de los Fondos Next Generation, que solo controla y gestiona su Gobierno, tiene bloqueados más de 4.000 millones de inversión para reindustrializar Galicia. Los recursos concedidos solo suponen un 26,6% de las ayudas solicitadas y veinte proyectos no han recibido respuesta alguna. 


Entre los proyectos en espera está Altri, el grupo portugués que quiere invertir 800 millones y crear 2.500 puestos de trabajo para fabricar fibra textil en Palas de Rei, ¡a 30 kilómetros de Lugo! y el presidente ni pronunció su nombre. ¿Por qué no desbloquea los Fondos Next Generation? 


Tampoco abordó el problema de A Mariña. En 2019 prometió para Alcoa la aprobación del estatuto del consumidor electrointensivo que garantizaría su viabilidad y la de otras empresas grandes consumidoras de electricidad y ¡hasta hoxe!.  


En fin, que el presidente estuvo por aquí pero, como diría don Miguel de Cervantes,“fuese, y no hubo nada” y así “Galicia no vuela”. Con este panorama el señor Besteiro estará pesando “líbreme dios de mis amigos que de mis enemigos me libro yo”. 

Desembarco en Galicia

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