En 2016 incorporé a mi archivo de noticias curiosas el caso de una conductora que fue condenada a 32 días de trabajos en beneficio de la comunidad “como autora de un delito contra la seguridad del tráfico por conducir sin haber obtenido el permiso correspondiente”, después de que un conductor vecino la denunciara por rozar su coche.
Esta señora nacida en Ferrol en 1942, a los veinte años se trasladó a Ourense donde en el verano de 1963 decidió sacar el carné. “Me examinó el ingeniero Amor y me dijeron que estaba aprobada, que ya podía conducir”.
Pero por aquellos días “perdí a mi hija y a mi abuela y sola ante el dolor cogí una depresión, estuve a tratamiento y me olvidé de recoger el cartón”. Después residió en Córdoba y Santiago y ahora vuelve a vivir en Ferrol. No debió tener una vida fácil.
Lo noticia está en que esta mujer siguió conduciendo -“necesitaba el coche para trabajar”- y cuando en 2016 fue condenada llevaba ¡53 años conduciendo sin carnet!. Desde Córdoba, donde vivió 17 años, “cada veinte días venía en mi coche a Ferrol para ver a mi hijo circulando por unas carreteras peores que las de ahora y con mucho más tráfico. Nunca tuve ningún accidente y vi muchos y muy graves”, dice.
Traigo esta historia a este comentario porque hoy entra en vigor la nueva Ley de Tráfico que recoge una amplia normativa que todo conductor debe cumplir para no poner en peligro su vida y para evitar sanciones severas. “Entramos en una nueva etapa en el tráfico, el futuro va por ayudar al conductor, el papel de la DGT es salvar vidas”, dice Pere Navarro, su hiperactivo Director General.
Vuelvo a la conductora ferrolana que en julio cumplirá 80 años, porque hace pocos días fue detenida de nuevo por conducir sin licencia y dice que “voy a seguir haciéndolo hasta los 85 años porque veo bien, tengo bien mi cabeza, tengo reflejos y sé lo que llevo entre manos”.
Al ser arrestada por primera vez en 2016, lamentó no haber recogido el carné que aprobó en 1963 “por aquel contratiempo familiar” y añadió: “después de 53 años conduciendo sin carné, ya podían regalármelo”. Así debería acabar la historia de esta ciudadana de Ferrol que en tantos años solo cometió una imprudencia, rozar el coche de un vecino, y acreditó más “competencias” teóricas y prácticas en la carretera que muchos conductores con carné.
Por eso, merece que le den ese título que ella llama “cartón”. “La excepción confirma la regla”, humaniza las leyes, siempre frías, y Pere Navarro sabe que por la carretera andan sueltos sujetos mucho más peligrosos que esta conductora atípica. Aplíquenle la misma norma que a los escolares que, si acreditan competencias, les dan el título con dos suspensos.