Entre los usos políticos está que la oposición provoque derrotas parlamentarias al gobierno, pero no para pegarse un tiro en el pie, que es lo que hace el PP al no querer apoyar en el Congreso de los Diputados la senda de gasto propuesta por el gobierno. El resultado es que Alberto Núñez Feijóo se anota una victoria de la que salen perjudicadas las autonomías y los ayuntamientos. En definitiva fuego amigo, porque no les quepa duda que entre los doce presidentes autonómicos y casi tres mil doscientos alcaldes del PP, tiene que haber una parte favorable a usar este aumento de gasto. La estrategia es eliminar impuestos a los ricos y exigir al gobierno central que nos compense por la merma recaudatoria, lo que sólo es posible aumentando la recaudación a los que no son ricos, pero como esto último no es conveniente decirlo hay que seguir hablando de la mujer del presidente o de lo que sea.