No tengo la menor duda de que este Gobierno que preside Pedro Sánchez con el formato de coalición, intenta por todos los medios acercarse de la forma más directa posible a dos sectores bien distintos de la población: jubilados y trabajadores en activo. Se trata de dos caladeros naturales de votos-millones de votos- de cara al año electoral que hemos iniciado hace tan solo unas lunas.
En los últimos tiempos las decisiones gubernamentales intentan contentar a estos dos colectivos que forman una autentica legión, una auténtica masa de votantes que pueden cambiar el rumbo, la intención inicial de los registros reflejados en los sondeos. Y en la Moncloa los numerosos asesores, los fontaneros, que tiene el presidente del Gobierno son conscientes de ello. Estos millones de votantes pueden decidir el resultado final del proceso electoral. Por tal motivo se dio luz verde al aumento de las pensiones; el salario mínimo; el incremento para los funcionarios; o el ahorro que implica para los trabajadores disponer de trenes de cercanía y media distancia a un costo global de 20 euros, que serán reintegrados, o poder utilizar autobuses a muy bajo costo. Sin olvidar el ingreso mínimo vital entre cuyos receptores hay también un buen caladero de votos.
Una de las últimas medidas adoptadas por el Gobierno hace referencia a las bajas médicas. A partir de ahora el trabajador no tendrá que entregarla en la empresa en la que presta sus servicios. Será esta, en su condición de empleadora, la que deberá acceder a ella de forma telemática. La medida para mí tiene las dos caras. En la parte positiva se libera al trabajador a tenerse que desplazar hasta la empresa- en muchos casos sufriendo una enfermedad- para entregar una de las copias. En la parte negativa que se tendrá que llevar muy responsablemente el control por parte del empleador para que los datos médicos del trabajador no trasciendan.
He conocido a trabajadores despedidos por no presentar en plazo y tiempo la Incapacidad Temporal que de forma genérica se conoce como la Baja Médica, que es la situación en la que un trabajador, por causa de una enfermedad o accidente, está incapacitado temporalmente para realizar su trabajo y requiere asistencia sanitaria. Ahora la responsabilidad ya no caerá sobre el empleado. Es la empresa la que tendrá que llevar a cabo el control.