Un acuerdo responsable

Tal como está el país de polarizado y crispado, la fotografía que aparecía en los periódicos el jueves pasado en la que están “juntos, sonrientes y no revueltos” los presidentes de CEPYME Y CEOE y los líderes de UGT y CC.OO merece ser destacada por lo que representa.  
 

Representa el broche de oro al V Acuerdo para la Negociación Colectiva (AENC) que los agentes sociales fraguaron en muchas reuniones en las que ambas partes cedieron en sus planteamientos: los sindicatos renunciaron a aumentos salariales imposibles y los empresarios comprendieron que es necesario reparar la pérdida de poder adquisitivo. Así llegaron a un acuerdo en el que ganaron todos.  
 

Ganaron todos porque patronal y sindicatos establecieron un marco razonable en el que empresas y trabajadores pueden actualizar sus “relaciones salariales” en los tres próximos años, la mayor subida salarial de las últimas décadas para contrarrestar la espiral de la inflación y mantener el poder adquisitivo.   
 

El acuerdo significa también la garantía de un trienio de paz social 2023-2025. En este sentido, el presidente de la patronal pidió al ejecutivo que siga su ejemplo y apueste por dar certidumbre y estabilidad al país y deje de fustigar a los empresarios y de entrometerse e intervenir en las relaciones laborales que afectan a empresas y trabajadores, que los agentes sociales saben solventar. 
 

Tiene otro significado relevante esta firma: pese a la polarización y crispación que los políticos implantaron en el país “pro domo sua”, el acuerdo sigue siendo posible en España cuando se sientan a una mesa personas desprovistas de prejuicios, sobre todo de prejuicios políticos, que respiran a diario el aire de la calle en donde ven a los ciudadanos que discrepan entre sí, pero también saben entenderse.  
 

Dos anotaciones finales. La primera es el veto de patronal y sindicatos a que representantes del Gobierno apareciesen en esa foto, que sería aprovechada con obscenidad electoral. Sánchez y Díaz estarían rabiando por capitalizar las bondades de ese acuerdo, pero la mayoría de los ciudadanos, saturados de la imagen y dichos de ambos, aprueban este veto. Es que escuchándolos, da la impresión de que ellos descubrieron la democracia, el diálogo, el pacto, el consenso y la paz social, como si no se firmaran los Pactos de la Moncloa o no se hubieran alcanzado miles de acuerdos en los años de democracia  
 

Segunda anotación. Ahora, el señor Garamendi y los empresarios ya no son unos tipos sometidos al dictamen del PP, como dijo Sánchez en el Senado, ni “conspiran en cenáculos madrileños”, sino que “están a la altura de este país”. 
 

¡Qué razón tenía don Ramón de Campoamor cuando sentenció “todo es del color del cristal con que se mira”! 

Un acuerdo responsable

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