Mientras los equipos de rescate liberan aún a supervivientes del terremoto del lunes –que dejó ya en Turquía casi 30.000 muertos– la Justicia turca emitió más de un centenar de órdenes de detención por negligencia en la construcción de edificios derrumbados.

“Han perdido la vida 29.605 ciudadanos”, indicó el servicio de emergencias turco. Si a esas cifras se añaden los más de 3.500 fallecidos en Siria la cifra supera 33.000 en ambos países.

Casi 150.000 personas fueron evacuadas de las diez provincias afectadas y 233.000 trabajan en las labores de rescate con más de 12.000 vehículos y maquinaria. Las últimas cifras de heridos dadas por el Gobierno turco superan los 80.000.

Aunque ya pasaron más de seis días desde el temblor, en las últimas horas se logró salvar a más de una decena de personas. 

Casi 10.000 personas llegaron de otros países para ayudar en los rescates, entre ellos varios equipos españoles de sanitarios, bomberos y militares. Setenta aviones y 167 helicópteros ayudan en la asistencia a las víctimas y más de 300 cocinas y 33 hornos de pan móviles y 83 lavabos fueron trasladados a la región.

La zona afectada por el seísmo abarca más de 100.000 kilómetros cuadrados –una superficie mayor a la de un país como Portugal– y alberga a unos diez millones de personas.

Depurar responsabilidades

Mientras que las cifras de muertos siguen aumentando, las fuerzas de seguridad turcas detuvieron a al menos una docena de personas relacionadas con algunas de las decenas de miles de edificios destruidos o gravemente dañados.

Estas detenciones son los primeros pasos del Estado para depurar responsabilidades en un momento en el que arrecian las críticas por la baja calidad de las viviendas, algo que no pocos achacan a la corrupción y a los escasos controles.

 Además, la Fiscalía turca emitió más de 100 órdenes de detención contra personas sospechosas de negligencia en la construcción de edificios y creó una unidad especializada en investigar lo sucedido. 

El vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay, dijo a primera hora de ayer que las autoridades identificaron hasta ahora a 131 personas sospechosas de ser responsables del derrumbe de algunos de los miles de edificios caídos. 

Los líderes de la oposición acusaron durante mucho tiempo al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan de no hacer cumplir las normas de construcción.

Con unas elecciones presidenciales en mayo, la gestión del desastre y las explicaciones sobre lo sucedido pueden determinar la suerte de Erdogan en las urnas.

Aunque Turquía cuenta con una normativa sobre resistencia sísmica en la construcción, rara vez se aplica. Además, bajo los Gobiernos de Erdogan se aplicaron varias amnistías a los edificios que la incumplieron –incluida la resistencia sísmica– y se legalizó su situación a cambio de una multa económica.