De representar a Ucrania en Eurovisión a defenderla desde una trinchera

De representar a Ucrania en Eurovisión a defenderla desde una trinchera
El grupo O.Torvald en la final celebrada precisamente en Kiev en el año 2017

En el frente cerca de la frontera con Rusia los soldados ucranianos están mentalizados de que tendrán que seguir luchando por bastante tiempo.


Muchos no eran militares profesionales antes de la guerra, como un músico que pasó de representar a Ucrania en Eurovisión a defenderla en una trinchera.


Su posición está cerca del frente donde combaten para evitar que tropas rusas vuelvan a avanzar hacia la ciudad de Járkov, en el este de Ucrania.


La invasión rusa en Ucrania dura ya más de cien días y desde las trincheras entre campos de cultivo que rodean la ciudad confían en poder resistir nuevos ataques, pero necesitan el envío de más armas desde otros países derrotar a las tropas rusas.


LA GUITARRA POR UN ARMA

"Cambié mi guitarra por un arma automática", cuenta "Den", un soldado que como el resto en esta zona a solo quince kilómetros de la frontera con Rusia prefiere usar un seudónimo.


El frente está aún más cerca, a solo cinco kilómetros, pero piden por seguridad no dar detalles de su posición.


"En 2017 representé a mi país en Eurovisión", recuerda, con el grupo O.Torvald en la final celebrada precisamente en Kiev, la capital ucraniana.

Como otros muchos, no era militar, pero decidió alistarse cuando comenzó la invasión rusa el pasado 24 de febrero.


"La situación ahora requiere decisiones difíciles. La mayoría de mis amigos músicos también están en el frente", manifiesta, pues "vinimos aquí por nuestra propia elección, sabemos a lo que venimos”.


Y como reconocen también otros compañeros en el frente, "la guerra siempre da miedo", pero sienten que tienen que defender su tierra, a su gente y al país.


"Están haciendo de todo para que nuestro país retroceda al desarrollo que tenía hace diez años, hay que parar esto", añade tras lamentar la destrucción que provoca la guerra.


Pero para que acabe el conflicto armado, necesitan más y mejores armas de países que les apoyan, como muchos de Europa o como Estados Unidos, "sistemas modernos de artillería y misiles", advierte, para enfrentarse "a un ejército que es mucho más grande que nosotros, pero a pesar de esto les infligimos grandes pérdidas".


También las hay en el lado ucraniano, "pero son pequeñas en comparación con el Ejército ruso", asegura este soldado que sueña "con una vida pacífica" deseando que acabe la guerra.


DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS AL LANZAGRANADAS

En otra trinchera de esta zona rural, "Vinin" aparece en medio de un bosque fuertemente armado, incluido un lanzagranadas.


A veces lleva hasta veinte kilos de peso y necesita ayuda para llevarla, explica a Efe este soldado que tampoco era militar de profesión, pues antes de alistarse trabajaba en el sector de nuevas tecnologías de la información.


No lo dudó. Cuando empezó la invasión rusa puso a salvo a su familia y se alistó. Ahora maneja la bazuca tras haber aprendido en poco tiempo.


Igual que el resto del grupo, coincide en que dependen de armas que reciben de otros países, pero mantiene que las manejan "mejor que los rusos" aunque ellos tengan más.


"No le daremos nada al enemigo, estaremos juntos hasta el final", sentencia en un camino embarrado junto al que está camuflada la trinchera.


"Han pasado muy rápido para nosotros. Estamos preparados para seguir en la batalla. Para nosotros no importa el tiempo, cien días o más, estaremos aquí, o donde nos destinen, hasta la victoria", concluye.


Los integrantes de la Guardia Nacional, un cuerpo de reserva de las Fuerzas Armadas de Ucrania, combaten en esta parte del país para que Rusia no recupere terreno junto a su frontera, tras haber frenado su intento de tomar ciudades como Járkov, la segunda mayor del país tras Kiev, y liberado aldeas de los alrededores que estuvieron ocupadas por tropas rusas.


Járkov tenía en su área metropolitana unos dos millones de habitantes antes de la invasión, pero muchos fueron evacuados. En las aldeas cerca del frente apenas se ve gente, mientras vehículos militares pasan rápido por carreteras casi desiertas.


Las explosiones de proyectiles son menos frecuentes, comparado con otras áreas rurales en los alrededores de Járkov, pero se sienten mucho más cerca.

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