Francisco ha reivindicado la figura Juan Pablo II, a quien ha defendido de las acusaciones que se han vertido estos días en el marco de la reapertura del Caso Orlandi tras unas decoraciones a un medio de comunicación del hermano de la joven desaparecida en 1983.
"Un pensamiento a la memoria de san Juan Pablo II -ha señalado Francisco-, en estos días objeto de suposiciones sin fundamento", ha dicho el Pontífice desde el balcón del Palacio Apostólico tras el rezo del Regina Coeli en este 16 de abril.
El caso de la desaparición de Emanuela Orlandi, hija de un empleado de la Prefectura de la Casa Pontificia del Vaticano, en 1983 ha creado nuevas tensiones en el Vaticano, que también ha salido en defensa de Juan Pablo II tras la aparición de una supuesta grabación en la que ha sido acusado sin pruebas de explotación de menores.
Este miércoles, el promotor de Justicia del Vaticano (fiscal), Alessandro Diddi, mantuvo una reunión de ocho horas con el hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, y su abogada, Laura Sgrò. En esa reunión, el hermano de Emanuela Orlandi entregó al fiscal toda la información en su posesión y le pidió que se interrogue a todos los cardenales y hombres de la curia que podrían saber que sucedió.
Orlandi lleva tiempo insistiendo en que los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco saben más de lo que han dicho sobre el caso de su hermana, pero últimamente ha agudizado sus insinuaciones sobre Juan Pablo a quien relaciona con una presunta red de explotación de menores.
Tras estas declaraciones de las que no hay ninguna evidencia, el Vaticano ha salido en defensa de Juan Pablo II. En un artículo editorial publicado en L'Osservatore Romano, el director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Andrea Tornielli, ha destacado que son acusaciones "absurdas e infamantes".
Por otro lado, durante el rezo de este domingo en el que la Iglesia conmemora el Domingo de la Divina Misericordia, Francisco se ha referido a la figura de Tomás, el "apóstol incrédulo", y ha admitido que "no siempre es fácil creer".
El apóstol Tomás se perdió la aparición de Jesús ante los apóstoles y luego no les creyó cuando estos le anunciaron la aparición de Jesús mientras él no estaba.
"Preguntémonos si, en nombre de este amor, en nombre de las llagas de Jesús, estamos dispuestos a abrir los brazos a quien está herido por la vida, sin excluir a nadie de la misericordia de Dios, sino acogiendo a todos; cada uno como un hermano, como una hermana", ha asegurado.