El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó ayer a Occidente de difundir ideas neonazis y racistas, especialmente contra los musulmanes, y aseguró que el naufragio en el que cientos de migrantes murieron la pasada semana estuvo causado por su arrogancia y colonialismo.
“Rechazamos el discurso de odio contra los refugiados, la hostilidad a los musulmanes, la xenofobia y la ideología neonazi que han arraigado en los países occidentales y se extienden a otras sociedades como la hiedra venenosa”, señaló el presidente. Erdogan afirmó que esas tendencias “no reconocen a nadie fuera de su propia raza, cultura y credo como humano”, y suponen una amenaza al futuro de la humanidad.
Afirmó que esa “mentalidad arrogante” tiene sus raíces en el colonialismo, y dijo que el hundimiento en el mar Jónico de un pesquero con cientos de migrantes y refugiados es “el último y más vergonzoso ejemplo de esto”.
El número de fallecidos subió el lunes a 81, después de que se recuperaran otros tres cadáveres en la zona de la tragedia, ocurrida al suroeste del Peloponeso en la madrugada del miércoles.
Erdogan pidió a la comunidad internacional y a aquellos países que “predican los derechos humanos a todos menos a ellos mismos”, que asuman su responsabilidad y eliminen las condiciones que causan la emigración y los desplazamientos forzados.
Turquía acoge a unos 3,5 millones de refugiados de la guerra civil siria, aunque tiene planes de empezar a repatriarlos y negocia un acercamiento diplomático con la dictadura de Al Asad. “Cumpliendo siempre con su deber de humanidad y vecindad, Turquía apoya el retorno seguro, voluntario y digno de los solicitantes de asilo a su patria y pone en marcha los proyectos necesarios para ello”, señaló el presidente turco. l