​El menú del día, la receta del éxito

​El menú del día, la receta del éxito
La cafetería Ankha cumple seis años

Ankha, la cafetería situada en el Cantón regida por Samuel Curbeira, cumple seis años. La estrategia que ha seguido este establecimiento para celebrar tan felizmente su aniversario ha sido apostar por un clásico: el menú del día, al que decidieron darle una vuelta de tuerca. “Aquí no somos partidarios de los fritos y tampoco trabajamos con productos congelados”, recalca Curbeira. Los alimentos que llegan al local de Samuel vienen, aclara, directos del “Mercado de la Magdalena”.


Pero el truco no solo está en contar con los mejores productos, hay que saber meterles mano, algo que a Samuel Curbeira no le da miedo, pues se ha atrevido a modificar uno de los platos estrella de la gastronomía del país: el raxo. “Desechamos la idea de adobarlo. Trabajamos un raxo a la plancha al que le echamos un mejunje marca de la casa”, explica valiente. Un proceso de elaboración que le da “un toque tierno” y que se aleja del “raxo con ajo y perejil”.



Pero el raxo no es el único plato que en Ankha hacen suyo. “Los calamares los presentamos a la andaluza, y los acompañamos con alioli de cilantro, el guacamole lo ahumamos con queso de cabra…”, desvela.


Un afán innovador que busca “que la gente no se aburra” cuando decidan disfrutar de una comida en el local de Curbeira. Todo vale, apuntilla, para “manter la intriga”.


Esfuerzo que el bolsillo de la clientela ni nota. “Ofrecemos un menú elaborado por once euros que incluye dos platos, pan, bebida, postre y café”, destaca. Sin duda, Ankha se presenta como una gran opción para comer bien y a un precio razonable.


Hora de reinventarse


Mientras muchos locales se veían obligados a bajar la persiana, a causa de las restricciones dictadas por la pandemia, Ankha se convirtió en un referente del servicio delivery. “Nos salvaron las aplicaciones de reparto. Pasamos de llegar al trabajo temblando por si teníamos que cerrar a no saber si sacaríamos todos los pedidos”, cuenta el propietario, aún sorprendido.



Un susto que les ayudó a “crecer” y a convertirse en uno de los restaurantes más famosos de Ferrol. “Poco a poco nos empezó a conocer más gente y, a día de hoy, muchos de los clientes que pedían online se acercan al local”, explica orgulloso Curbeira.


Pero Samuel no se olvida de los comensales que han estado ahí desde que abrió la cafetería. "Por supuesto, seguimos teniendo a esos clientes habituales, de los que conocemos hasta la dirección de su casa", finaliza satisfecho.

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