na victoria, pocas horas de vela y varias visitas familiares y políticas para un Juan Carlos I que volvió por quinta vez, desde que en agosto de 2020 se trasladó a vivir a Abu Dabi, a la localidad pontevedresa de Sanxenxo.
Con una hora de retraso, el lunes a las 18,30 horas, aterrizó en Vigo el avión privado procedente de Vitoria en el que viajaba el exmonarca. Allí, como de costumbre, lo recibió su amigo y anfitrión Pedro Campos.
Tras algo más de media hora de coche, llegó a la casa que el presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo (RCNS) tiene en Nanín y, a partir de ese momento, a Juan Carlos I no se le volvió a ver hasta el jueves por la noche.
El martes lo visitó su hermana la infanta Margarita, sus sobrinos Alfonso y María Zurita y el hijo de esta última, que es su ahijado, Carlos. Ese mismo día también recibió en el domicilio de Campos al exalcalde de A Coruña Paco Vázquez.
A diferencia de la visita anterior cuando el ex jefe del Estado salió a navegar con su familia, el miércoles no fue así. Durante esa jornada no hubo rastro de Juan Carlos I y eso que era un día especial, ya que se cumplieron 48 años de que fuese proclamado rey.
Con todo, la sorpresa llegó el jueves. Cuando todo estaba listo para que saliese a navegar a bordo del 'Bribón', con los medios de comunicación que lo esperaban en la salida de casa de Campos y en el espigón, la falta de viento o un cambio repentino de planes conllevó a que Juan Carlos no saliese.
Sin embargo, por la noche cenó en un restaurante en O Grove con los familiares que ya estaban en Sanxenxo, con Pedro Campos y su mujer, Cristina Franze y con la infanta Elena.
El viernes el exmonarca se volvió a encontrar con el 'Bribón' y salió a navegar, sentado a la caña, por la ría de Pontevedra durante más de tres horas. Su hija la infanta Elena, como de costumbre, lo acompañó de cerca, pero desde el velero 'Erica'.
Una vez en tierra, el rey emérito abandonó el náutico en dirección a casa de Campos, pero la infanta Elena se quedó comiendo en el restaurante que hay justo al lado del RCNS.
En la jornada del sábado, la navegación pendió de un hilo. La poca intensidad del viento, debido a la transición entre el anticiclón actual a la borrasca que llegará el lunes se retrasó el inicio de la regata, que estaba prevista para las 13,30 horas.
Durante el tiempo que Juan Carlos esperó en el náutico comió un bocadillo y un plátano con parte de su equipo de navegación y con su hija Elena.
Finalmente, y contra todo pronóstico, el 'Bribón' patroneado por el exmonarca soltó amarras y dio comienzo al primer día de regatas de la copa Desafío Barceló. Por su parte, la infanta Elena se embarcó en el 'Erica'.
En ese día de navegación, Juan Carlos I y su tripulación se proclamaron campeones nacionales de la Liga de 6 metros, tras las siete series disputadas desde el mes de marzo.
La entrega de premios fue en la noche del sábado en el RCNS y el rey emérito a la entrada agradeció a los periodistas la espera. "Gracias por estar aquí pasando frío", apostilló.
Juan Carlos I abandonó, este domingo minutos antes de las 10,45 horas, la casa de Pedro Campos. Sentado en el asiento del copiloto solo saludó con la mano y mandó un beso.
Una marcha con la que pone fin a una estancia en Galicia con poca actividad y navegación. En Vigo cogió un vuelo con destino Vitoria, mismo lugar desde el que llegó el lunes.
La situación meteorológica de esta jornada, con partes de muy poco viento, provocará, inicialmente, que haya un aplazamiento en tierra que se mantendrá hasta que el comité de regatas decida que puede montar un campo de regatas.
Así lo informó el RCNS, que puntualizó que la situación que se mantendrá como máximo hasta las 15,30 horas, horario límite para poder iniciar una prueba del Desafío Barceló.