La historia de Andrés Toimil y Elisa Sánchez podría servir perfectamente como argumento para una buena película. Dos personas con inquietudes artísticas y musicales que se sentían incompletos y que, súbitamente, se encontraron y fueron como piezas que encajaron a la perfección. Estos dos ferrolanos conforman el dúo musical Willie&Winnie y acaban de pasar por la ciudad para dejar un poco de su magia.
¿Qué les supuso volver a su ciudad natal para participar en el festival Setembro?
Andrés. La verdad es un gustazo tener la oportunidad de tocar en un festival que otros años hemos visto desde el público. Ha sido una experiencia bastante especial, un concierto de reunión entre nosotros y nuestra gente. Han sido tres años de evolución constante, hasta este momento en el que se va consolidando una imagen y sonido del grupo, que creo que es momento de celebración para nosotros y para ellos.
¿Cuál es vuestra opinión sobre que el Concello haya decidido potenciar este festival orientado a la música no comercial?
Elisa. Es una buena iniciativa, me parece que hay más gente de la que a simple vista parece que busca otras alternativas musicales. Se habla mucho de que entre la juventud se llevan mucho las orquestas, pero, bajo mi punto de vista, hay casi el mismo porcentaje de jóvenes que tienen otro tipo de gustos.
¿Cuándo surge su interés por la música?
Elisa. Yo creo que siempre tuvimos curiosidad por la música y, en cuanto tuvimos la capacidad para hacer algún grupo o montar alguna cosita, ya empezamos a movernos. Y fue ir evolucionando hasta tomarlo más en serio.
Andrés. Sí, es un buen resumen. Este interés que tenemos ahora por el grupo y por componer canciones surge desde el momento en el que nos conocimos. Fue una conexión enorme, encajamos muy bien con nuestros gustos y, sobre todo, compartíamos esas ansías creativas. La verdad que fue como piezas que encajan perfectamente e instintivamente empezaron a salir canciones.
¿Por qué decidieron cambiar el nombre?
Elisa. Era un nombre que estaba muy vinculado al inicio y, en aquel momento no sabíamos muy bien lo que íbamos a hacer. Ahora lo cambiamos porque nos parece que hemos ido avanzando y hemos llegado a un punto en el que ya está todo bastante definido y queríamos un nombre que fuese acorde y tuviese la consistencia que tenemos en este momento.
Su música está muy influenciada por otras disciplinas artísticas como el cine, la literatura o la pintura, ¿de dónde le viene a dos chicos tan jóvenes ese amor por el arte en todas sus variedades?
Andrés. A mí siempre me inculcaron esa curiosidad por conocer que había detrás de las cosas que desconocía y me llamaban la atención. Es una constante necesidad por descubrir cosas y disfrutar de ellas, claro.
Elisa. Yo soy un caso más extraño. En mi casa no hay música ni las cosas que realmente me apasionan y desconozco de donde me viene, pero gracias a dios lo encontré. Pienso que también es algo más exagerado el gusto que tenemos por habernos juntado. Cuando no nos conocíamos, ambos compartíamos el sentimiento de que no teníamos a nadie con quien compartir aficiones. Ha sido una coincidencia tan grande que ha permitido que nos involucremos más en toda esa búsqueda porque da gusto hablar de ello y encontrar a alguien que le emocione igual que a ti.
Al escuchar sus canciones uno no puede quedarse indiferente porque se nota la pasión que sienten por la música ¿qué motiva tanta intensidad a la hora de componer?
Elisa. Creo que hay gente que está a gusto en el mundo y otras personas no tanto. Nosotros vivimos en una fricción continua y hay cosas que necesitamos hacer para poder estar aquí de la manera más natural posible. Si no existiera la música, la literatura o el cine seríamos individuos que seguramente se plantearían más de una vez el suicidio.
Andrés. En muchas ocasiones, cuando la gente se nos acerca y nos pregunta qué haríamos si no tuviésemos la música y siempre respondemos que seríamos infelices.
¿Qué supuso para un dúo musical que estaba comenzando ganar durante dos años consecutivos el concurso Lidera?
Elisa. Genial, realmente no lo esperamos. Aunque creemos plenamente en lo que hacemos, nunca crees lo suficiente para sentirte merecedor de algo.
Andrés. Además fue una ayuda muy buena, porque ese dinero lo empleamos para grabar nuestros discos.
¿Podrían hablarme un poco de su próximo trabajo?
Andrés. Ha sido duro, pero ya esta casi terminado. Esta es la primera vez que componemos un disco desde cero realmente. Además, queríamos algo compacto y que todas las canciones estuviesen relacionadas. Creo que en ese sentido lo estamos consiguiendo.
Elisa. Hemos tardado más también porque el nivel de exigencia es otro. Una vez que tienes algo, quieres que lo siguiente sea muchísimo mejor y supere expectativas. Sin duda es un disco más maduro.
¿Ven el sueño de vivir de la música todavía como una utopía o como algo más alcanzable?
Andrés. Vivir de la música hoy en día es difícil, pero nos valdría con seguir haciendo lo nuestro dignamente.
Elisa. Es alcanzable. El problema es que supone un desgaste e implicación enormes. Es muy inestable y es cuestión de insistencia, pero merece la pena.
¿Cómo se definirían como artistas?
Andrés. Buscamos la autenticidad y la pureza por encima de todo. Aunque decir que somos auténticos es un poco fuerte, pero es a lo que aspiramos.
Elisa. Sí lo comparase con el teatro buscamos huir de las parodias y parecernos más a las performances. Queremos que lo que ocurra en el escenario sea cierto.
¿Cuáles son sus mayores referentes musicales, teniendo en cuenta que tienen un estilo tan ecléctico que mezcla muchos géneros musicales diversos?
Andrés. Tenemos influencias de la música clásica, del jazz, del folk, pero puestos a decir nombres en mi caso, Mark Lanegan, Bill Callahan, los Doors hace un tiempo y Schubert.
Elisa. En los inicios para mí Janis Joplin, los Doors también. Ahora, Marlon Williams o Chet Baker. l