Tres familias llevan una década con sus viviendas “emparedadas”

Tres familias llevan una década  con sus viviendas “emparedadas”
francisco maceira, en segundo término, con uno de los afectados daniel alexandre

Tres familias de la calle Cabalo Blanco, en Ferrol, llevan en torno a una década con sus viviendas “emparedadas” por la excesiva altura de un muro en una finca colindante propiedad del constructor Fulgencio Carreira. Francisco Maceira, familiar de dos de los afectados y que ejerce como portavoz de ellos, denunció que los sucesivos intentos para tratar de reponer la legalidad no han surtido efecto, pese a que median denuncias y dictámenes de organismos oficiales.
Por este motivo, Maceira acusa también al Ayuntamiento de Ferrol de actuar con pasividad en esta cuestión.
La normativa establece, explicó este portavoz, que el muro de cierre tenga una altura de 60 centímetros que puede elevarse hasta 1,80 metros con malla, verde o celosía.
Lo que se ha ejecutado en Cabalo Blanco 18 es un muro opaco que en algunos puntos, asegura, llega a alcanzar los dos o tres metros, restando visión a las casas colindantes.

seprona y xunta
Los vecinos presentaron hace años una denuncia ante el Seprona tanto por la elevación del muro como por un relleno de escombros procedentes de la construcción. Este organismo dictaminó que la altura del cierre no se ajusta a la licencia concedida y que el relleno no cuenta con la preceptiva autorización, por lo que notificó al Concello la situación para que ejerciese su potestad sancionadora.
También el Servicio de Urbanismo e Inspección Territorial de la Xunta se pronunció sobre el caso, coincidiendo en que las obras no se ajustan a la normativa y llegando a fijar en más de 23.000 euros el coste de la reposición a la legalidad.
Desde entonces, explicó Francisco Maceira, se han impuesto al constructor dos multas coercitivas de mil euros que, al parecer, no pagó, ni tampoco actuó para reponer la legalidad.
Además, la orden cursada por el Concello en 2006 para corregir la situación llegó a ser recurrida por Fulgencio Carreira por la vía de lo contencioso-administrativo, pero el juez falló, en mayo de 2007, en contra del constructor, pese a lo cual  a día de hoy el muro continúa en la misma situación.
Francisco Maceira denuncia que las peticiones de reunión con el alcalde y el concejal de Urbanismo actuales para abordar esta cuestión –que califica de “acoso inmobiliario”– no se han atendido, lo que lleva a este portavoz de los afectados a denunciar la “connivencia” con el constructor y las “amistades perigosas” del regidor municipal. Por este motivo, dice que los vecinos emprenderán una campaña para denunciar otras obras ilegales, “facendo o traballo que debería facer o Concello”.
Este periódico intentó ponerse en contacto con el constructor Fulgencio Carreira sin conseguirlo.

Tres familias llevan una década con sus viviendas “emparedadas”

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