En plena fase de transición, la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao ha logrado en el primer trimestre del año amortiguar la caída de los graneles sólidos, que fueron precisamente los que el ejercicio pasado evitaron que el descenso en el movimiento de mercancías fuese más pronunciado –perdió 1,8 millones de toneladas con respecto a 2023–, con un repunte en los otros dos grandes segmentos de carga: los graneles líquidos y la mercancía general en contenedores.
En este incremento ha jugado un papel importante el aumento de un 21% en el movimiento de gas natural licuado (GNL), que aportó 431.473 toneladas, por las 356.312 del mismo periodo de 2024. Este producto representa más del 80% del tráfico de graneles líquidos y, si no fuese por esa subida, el resultado del primer trimestre, un 9,4% mejor ahora que hace un año, empeoraría el del arranque del ejercicio anterior. Comparándolo con la serie histórica de la última década, este resultado trimestral, si bien muy lejos del registrado entre 2021 y 2023, está en los niveles del resto, que oscilaron entre las 387.000 toneladas del 2019 y las 627.500 del 2017.
Este tipo de carga no es la única que describe una trayectoria positiva. Aunque más modesta en términos absolutos –no así en relativos, por el valor añadido que aporta–, la mercancía que se transporta en contenedores también ha subido con respecto al año anterior y mejora un 32% el resultado del enero a marzo del año pasado. La terminal de Yilport movió más de 38.800 toneladas y, si se contabiliza en número de TEUS –medida estándar del contenedor de veinte pies– se ha pasado de los 2.850 que se movieron hasta el 31 de marzo de 2024 a los algo más de 4.000 de este ejercicio. Esta cifra, aunque está también lejos de los 12.000 TEUS de 2023, mejora todos los resultados anteriores.
Por el contrario, los graneles sólidos han iniciado el año en barrena. Durante 2024, su buen comportamiento en un contexto generalizado de caída salvó a la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao de una debacle mayor, pero en este comienzo de 2025 la situación ha dado un giro radical. Así, aunque es el segmento de carga que más contribuye al tráfico de mercancías, las 757.000 toneladas suponen un descenso de casi la mitad (369.000 en concreto) en relación con el año pasado. El carbón, que ahora apenas aporta 47.000 toneladas, y la incertidumbre en torno al otro mineral que históricamente se descargaba en Alcoa –bauxita– explican esta caída.
Por otra parte, la mercancía general se mantiene en los mismos números, en torno a 160.000 toneladas que elevan a 1,44 millones el tráfico total, un 18% menos que hace un año.
La previsión del organismo que preside Francisco Barea es que el volumen de tráficos sea este 2025 muy similar al anterior (alrededor de 6,8 millones en total), aunque lo que sí parece claro es que, dentro de esa cantidad, la relación de fuerzas entre los distintos segmentos de carga variará, con mayor peso de los graneles líquidos, como se ha podido constatar en el cierre del primer trimestre. Este proceso culminará, sostiene el Puerto, en 2026 “con la materialización de los proyectos en marcha, especialmente los relacionados con los graneles líquidos y las energías renovables”.