Las tres parcelas que albergarán el futuro polideportivo del IES Ferrol Vello, además de un estacionamiento disuasorio y varias zonas verdes de tránsito para facilitar la movilidad en el barrio, ya son de propiedad municipal. Ayer mismo, el palacio consistorial ferrolano acogió el acto de firma ante notario para la compra de los terrenos en los que se asentaba la antigua fábrica de Jabones Pucho.

La actuación, como se recordará, forma parte del conjunto de 19 incluidas en el convenio, firmado el pasado 14 de abril, con la Consellería de Vivenda e Planificación de Infraestruturas para la “rexeneración urbana” de la ciudad naval. Así, la rúbrica, entre el alcalde, José Manuel Rey, y el propietario de las parcelas, tuvo lugar a las dos de la tarde y contó también con la presencia de las concejalas de Urbanismo y Facenda, Blanca García y Susana Sanjurjo, respectivamente.

La adquisición, subrayó el Concello, tendrá un coste de 589.000 euros, a los que se sumarán 850.000 destinados al desarrollo del espacio. En total, el Consistorio se hará con tres terrenos que suman 2.842 metros cuadrados. El principal, en el que se asentaba la factoría, se sitúa en el número 15 de la calle Breogán, tiene una superficie de 2.489 metros y alberga dos construcciones. Los otros, situados en Espartero 26-3 y 28, alcanzan los 203 y 150 metros, respectivamente.

Tal y como detalló el alcalde el pasado 13 de mayo al término de la Xunta de Goberno Local que aprobó el proceso de compra, tras la firma, el gobierno local cederá el espacio donde se asentará el pabellón a la administración autonómica, que será la responsable de licitar la redacción del proyecto y su posterior ejecución. En cuanto a las zonas verdes y el aparcamiento, el Consistorio será el encargado de su desarrollo, recordando el regidor que ya se cuenta con un anteproyecto y que el estacionamiento está incluido en el recientemente aprobado PMUS. No obstante, por el momento no se cuenta con un horizonte temporal para los trabajos, salvo que se estima que estarán finalizados antes de que acabe el presente mandato.

Con este conjunto de actuaciones, recordó Rey Varela, se busca dar solución a una reclamación histórica de la comunidad educativa –dado que los estudiantes debían emplear las instalaciones de FIMO para sus prácticas deportivas–, al tiempo que se mejora la comunicación entre los barrios de Ferrol Vello y A Magdalena y se amplía el número de plazas de aparcamiento, uno de los objetivos recogidos en el nuevo Plan de Mobilidade Urbana Sostible (PMUS).

Castillo de San Felipe

Por otro lado, la Xunta de Goberno Local, en su reunión celebrada ayer, aprobó la adjudicación del contrato para la renovación de la instalación eléctrica del castillo de San Felipe. Finalmente será la fenesa Lumea Soluciones Eléctricas la encargada de acometer los trabajos, que tendrán un coste de 69.968 euros, impuestos incluidos, y un plazo de ejecución de dos meses.

“A semana pasada comezaron as obras de rehabilitación” de este espacio histórico, detalló el alcalde, José Manuel Rey, recordando que se acometerán a lo largo de los próximos once meses. “Hoxe –por ayer– damos un paso máis nunha actuación complementaria pero imprescindible tamén unha vez esa remodelación esté finalizada”, apuntando que, a día de hoy, el activo patrimonial carece de una instalación de baja tensión. En este sentido, el servicio permitirá ampliar la potencia energética en el castillo, ya contratada, de cara a poner en funcionamiento la futura cafetería.

Este sistema, no obstante, no solo beneficiará al espacio de hostelería –que, según las previsiones iniciales, estaría operativa ya en 2026–, sino a todo el conjunto arquitectónico, del que se renovará toda su iluminación empleando tecnología LED. Es por ello que el regidor se refirió a esta actuación como una intervención “complementaria” a la que se está realizando en la Batería Alta y la Casa del Comandante, dado que las mejoras que se introducirán en la fortaleza dependen directamente del mencionado incremento en la potencia energética.

La actuación, como detalló el Concello, no supondrá la modificación en términos urbanísticos de la construcción patrimonial del siglo XVI.