Los grupos electrógenos blindaron la actividad asistencial en los hospitales y centros de salud de la comarca, que apenas vieron alteradas sus programaciones previstas. Así, este martes los quirófanos funcionaron con normalidad en los dos centros –Marcide y Naval– y, de ese modo, se completaron las 15 intervenciones previstas. Ayer lunes solo se aplazaron seis operaciones, coincidiendo con los momentos inmediatamente posteriores al apagón, “en previsión de ver como evolucionaba a resposta ante o apagamento”, informa el Área Sanitaria.
El resto de la actividad no sufrió cambios. Una vez se produjo la caída del suministro, saltaron los generadores del CHUF y de los Puntos de Atención Continuada del Área y se pidió a los profesionales de todos los centros que apagasen todas las luces que no fuesen estrictamente necesarias. Es lo que establece el protocolo en estas situaciones para ahorrar energía y no cargar los generadores. Se priorizó la atención de las personas que necesitan soporte con medios electrónicos, como es el caso de los respiradores, y se prepararon los recursos para recibir a los que precisasen de alimentación eléctrica tanto en el CHUF como en los PAC.
En el Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol se registraron 24 ingresos y se atendieron 178 urgencias, entre adultos y Pediatría. Cuando se produjo el apagón, pasadas las 12.30 horas, había 307 personas ingresadas. Además, subrayan fuentes del Área, se atendieron cinco partos entre la tarde del lunes y la mañana del martes. En este momento, toda la actividad estaba “normalizada” en centros y hospitales, con alguna excepción técnica, de equipos y enchufes, y la ralentización de algunas aplicaciones. Radiología y Laboratorios también funcionaron con normalidad.
Desde el Área Sanitaria de Ferrol se quiere agradecer la “actitude de pacientes e profesionais” y se subrayó especialmente “o traballo e implicación de todos e cada un dos e das profesionais en todo momento, dende os servizos de Mantemento e Informática ata profesionais nas Urxencias, os dos Puntos de Atención Continuada, e, tamén, os dos andares de hospitalización, con gardas localizadas transformadas en presenciais”.
En las residencias de mayores, las 16 horas de apagón también discurrieron con normalidad, por el mismo motivo. En el caso de la única pública que hay en Ferrolterra, la de Caranza, la entrada en funcionamiento de los grupos electrógenos ahuyentaron rápido la “incertidumbre” inicial.
La directora del centro, Cristina Ocampo, explicaba que el centro está dotado de un generador y que el único temor que tuvieron fue el de llegar a quedarse sin combustible pero, por fortuna, ya durante la tarde se gestionó con un operador el relleno del depósito, que ya estaba en su nivel máximo, como suele ser habitual, ante posibles pérdidas de electricidad. Además, para reducir el consumo se dejó de utilizar uno de los ascensores y se apagaron las luces de las habitaciones durante el día porque “tienen buena iluminación natural”.
La directora del centro agradeció que, pese a la caída de las líneas telefónicas, la comunicación con la jefa territorial de Política Social, María Blanco, “fue constante y no nos sentimos desamparados en ningún momento”. También agradece el esfuerzo del personal. “Algunos trabajadores que estaban de vacaciones se ofrecieron a venir a ayudar si fuera necesario y estamos muy agradecidos también con el personal de mantenimiento, que terminan su turno a las 15.00 y siguieron en el centro hasta la noche, facilitando sus teléfonos particulares por si durante la noche surgía algún problema. La verdad es que todo el personal se volcó para ofrecer el mejor servicio”, aseveró.