Las quejas por colapsos en la línea del bus 1-B llegarán al Valedor do Pobo

La campaña de recogida de firmas iniciada el pasado mes de octubre por usuarios de la línea de autobuses 1-B que realiza el trayecto a la zona de Leixa y las quejas de los alumnos del IES con el apoyo del propio centro no han resuelto la situación de colapso que padecen los usuarios en las horas en las que el servicio se ve más necesario.

Por esta razón, las quejas llegarán ahora a un estamento superior, la oficina del Valedor do Pobo, con el fin de que se interceda para que las administraciones competentes adopten medidas.

En el mes de octubre, alumnos del IES Leixa denunciaron que los problemas con los autobuses comenzaron ya con el inicio del curso escolar, cuando, en ocasiones, los buses circulaban tan llenos que dejaban a estudiantes en las paradas. También mostraron su rechazo a las contestaciones que algunos de los conductores daban a los viajeros cuando pedían más autobuses. Las quejas llegaron al servicio de atención al cliente de Tranvías Ferrol, encargado del servicio, y el propio centro educativo intercedió ante la operadora del servicio de transporte exponiendo la situación.

Posteriormente, se celebró una charla con el director del servicio e incluso hubo contactos con las administraciones implicadas, tanto Xunta como Concello, ambas colaboradoras en el plan de Transporte Metropolitano.

Ahora, la situación vuelve a ser denunciada por los usuarios y aunque afirman que en los horarios de mañana el bus ya no va saturado –el número de usuarios ha descendido porque la gente opta por otros medios de transporte ante el deficiente sistema, aseguran–, el que presta el servicio al mediodía “es un caos”, apuntan los usuarios. De hecho, como explica uno de ellos, “el bus que da la vuelta en el Carrefour se detiene para coger a más gente aunque no cabe nadie más y el conductor se baja y se encarga personalmente de empujar a los pasajeros para que se apelotonen y puedan entrar más”. La situación, en este caso, concluyó con un reventón de la rueda y la medida adoptada fue la de que los usuarios esperasen al siguiente bus.

Aunque el Concello recibió a representantes del consello escolar, los problemas con los servicios de autobuses dependen de la Xunta que es la que se encarga de las concesiones del transporte público. Aunque el gobierno local manifiesto en diversas ocasiones su interés por realizar modificaciones en las líneas o frecuencias, es todavía una asignatura pendiente que se espera paliar con la apuesta por el rescate del servicio, una vez que concluya el plan en vigor.