Paula Díaz Tie: “A los políticos no les interesa que haya una transparencia real y efectiva. Y debería fomentarse”

Paula Díaz Tie: “A los políticos no les interesa que haya una transparencia real y efectiva. Y debería fomentarse”
Paula Díaz Tie fue premiada por su Trabajo de Fin de Máster en la Universidade de Vigo | cedida

Después de 25 años como secretaria-interventora en el Ayuntamiento de Cerdido y sin haberse enfrentado a una formación reglada desde su paso por la Universidad, Paula Díez Tie (52 años, Ferrol) decidió formarse de nuevo y estudiar un Máster. 
 

Todo ese esfuerzo se ha  visto recompensado ahora con el premio otorgado por la Universidade de Vigo a su Trabajo de Fin de Máster (TFM) “Gobierno abierto y cultura administrativa en cuatro ayuntamientos rurales gallegos”.

 

¿Qué fue lo que le llevó a estudiar de nuevo?

Siempre estuve en formación continua por mi trabajo, pero el empuje definitivo me lo dio una compañera que estaba haciendo el grado de Dirección y gestión pública en Pontevedra. Era una época en mi vida en la que necesitaba motivación extra y me obligué a hacerlo. En principio pensé que no podía, porque hacía muchos años que no me vinculaba a una formación reglada, pero me animé y poco a poco lo fui consiguiendo.

 

¿Cuáles son exactamente sus funciones en el Concello? 

Los secretarios-interventores tenemos como funciones la fe pública, el asesoramiento legal (hacer informes jurídicos de todos los actos y resoluciones que se producen en un Ayuntamiento) y, como interventora, la fiscalización y el control financiero de la entidad.

 

Un cargo con bastante relevancia... 

¿Sabes lo que pasa? Que es un trabajo muy escondido, no lo conoce nadie y en Ayuntamientos pequeños, el secretario-interventor es un elemento clave porque es o suele ser la única persona con formación jurídica. En administraciones más grandes hay más personal en el que te puedes apoyar...

 

Después de tantos años en el puesto, ¿Cómo han cambiado las cosas a nivel administrativo? Es algo que analiza en su TFM.

Cambió muchísimo. Antes era una figura a la que se respetaba muchísimo y ahora ya no es así. Hacemos informes jurídicos diciendo que no es la mejor forma de hacer algo o reparos al gasto (un documento que dice, por ejemplo, que el gasto no se adapta a la Ley) y los alcaldes o las corporaciones locales los levantan y continúan con el procedimiento...

 

En su trabajo académico analiza la situación de cuatro municipios rurales gallegos, entre ellos el de Cerdido, y los compara con el Ajuntament de Figaró-Montmany (Barcelona). ¿Cómo llegó a ese punto?
Antes que nada tengo que decir que el premio que me han otorgado también es para mi tutor, el profesor Xosé Mao, que supo despertar en mí esa curiosidad para investigar más el tema. Yo quería analizar cómo se puede gestionar un Ayuntamiento de mil habitantes de una manera transparente, participativa, con un buen clima laboral y con una buena voluntad política. Es decir, cómo se puede mejorar la gestión pública. Tras la investigación, me fijé en Figaró-Montmany porque tiene unas características muy similares de población y presupuestos y me llamó la atención que se pudiesen hacer cosas tan increíbles en un ayuntamiento tan pequeño.
 

¿Cuál es elemento diferenciador, entonces, del ayuntamiento catalán con respecto a los gallegos?

Es un cúmulo de factores. Primero, la voluntad política. Allí el grupo de gobierno fomenta la participación, la cohesión, la innovación, la comunicación entre los empleados... La participación pública es otro elemento muy importante y a tener en cuenta. Tienen, además, un grupo de personal muy capacitado, con tres personas licenciadas y con un ambiente y un clima laboral buenos. No es cierto que en un Ayuntamiento pequeño de mil habitantes no se puedan hacer muchas cosas. Es posible llevar a cabo una gestión pública, transparente, participativa y en la que colabore toda la sociedad civil. 
 

Otro de los problemas aquí es que en los Ayuntamientos pequeños las políticas son muy cortoplacistas, no existe una planificación. En Figaró-Montmany planifican cuáles son los problemas que puede tener el pueblo, los estudian e implementan políticas. Luego las revisan, porque si tú no haces una evaluación, en el futuro puedes volver a cometer los mismos errores. Todo esto parece ciencia ficción en un Ayuntamiento pequeño gallego.
 

¿Qué se debería cambiar entonces en los municipios pequeños? 
Primero, que el grupo de gobierno quiera fomentar la transparencia, y con ello no me refiero a información dispersa en una web. Es necesario incentivar que los vecinos pregunten y se impliquen en la gestión pública, que se hagan las cosas con conocimiento de todo el mundo. Y no solo por parte del gobierno, también de la oposición y de los propios trabajadores. Se deberían mejorar, además, las malas relaciones laborales que se suceden. Sin un clima de trabajo óptimo es imposible alcanzar estas metas. Tiene que haber un liderazgo comunicativo, no autoritario.

 

Usted apunta a la voluntad política, pero, ¿no hay también responsabilidad por parte de la sociedad?
Claro que sí. Pero tú a la sociedad tienes que darle los instrumentos para participar, para que se implique en la gestión pública. Hay herramientas sencillas y fáciles de usar. La sedes electrónicas de los Ayuntamientos, por ejemplo, son muy farragosas, muy difíciles para un ciudadano de a pie. Tiene que ser mucho más fácil la comunicación bidireccional. Sería necesario, por ejemplo, un canal de denuncias sobre pequeñas corruptelas. Anónimo, para que los vecinos no se sienten coartados a la hora de presentar una reclamación. Porque en los pueblos pequeños la gente tiene miedo a implicarse por el qué dirán o por las repercusiones que pueda tener.

 

Su TFM está relacionado con la Agenda 2030. ¿Cumplir sus objetivos supone un reto, aún mayor, en los Ayuntamientos pequeños? 
Sí, porque cualquier objetivo, el cambio climático, la educación, la cultura... tiene que basarse en la transparencia, en la posibilidad de que tú puedas conocer cualquier información.

 

Esa falta de transparencia impide, además, eliminar casos de corrupción, ¿no?
Te voy a dar un dato muy importante. El Eurobarómetro dice que el 89% de los españoles considera que aún existe la corrupción generalizada en las administraciones públicas. Imagínate qué conciencia tenemos de todo esto. A los políticos no les interesa que haya una transparencia real y efectiva y esto debería fomentarse desde las administraciones.

Paula Díaz Tie: “A los políticos no les interesa que haya una transparencia real y efectiva. Y debería fomentarse”

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