Oficiales de la Armada explican por qué se marchan a las multinacionales de la distribución

Oficiales de la Armada explican por qué se marchan a las multinacionales de la distribución
La tripulación del buque-escuela “Juan Sebastián de Elcano”, a su llegada al muelle de la Escuela Naval Militar de Marín | aec

Publicaciones de la Armada como la Revista General de Marina incluyen cada cierto tiempo estudios y artículos sobre este asunto. En el número del mes de diciembre, un teniente coronel de Infantería de Marina analiza la “Conciliación, retención y Amazon: nuevas realidades en el paradigma de carrera de los oficiales de la Armada”.


El teniente coronel Carlos García de Paredes y Ucero pone cifras a esa fuga de oficiales: “En los últimos tres años, 15 oficiales de la Armada (junto a otros 20 de los Ejércitos de Tierra y Aire)” han sido captados por Amazon.


De la multinacional logística destaca que “ha empezado a aplicar en España un ambicioso programa de captación de talento entre los miembros de las Fuerzas Armadas, similar a lo que otras empresas estadounidenses llevan décadas realizando con éxito (Lockheed Martin, por ejemplo, recluta la mitad de sus nuevos empleados en las FF.AA.)”.


Esos 35 oficiales de los tres ejércitos “se encuentran trabajando como mandos intermedios, con la expectativa de un ascenso ante la constante expansión de la empresa. A ellos se suma otra media docena que ha sido reclutada por organizaciones internacionales”.


El autor del artículo destaca que entre los oficiales de la Armada que se han marchado a Amazon no eran “personal desmotivado y de pocas ambiciones profesionales”, ya que “tres de ellos son números uno de promoción, otro estaba mandando y otro estaba destinado en el gabinete del Ajema en el momento de pedir la excedencia”.


A estos se añade “otro número uno de promoción trabaja actualmente en una consultora internacional de gran prestigio”, por lo que “la inquietud de probar otros derroteros profesionales no es exclusiva de personal que vislumbra un incierto futuro profesional dentro de la Armada”, como podrían ser los soldados y cabos temporales que a los 45 años tienen que dejar de ser militares.


Según el teniente coronel García de Paredes, “una organización que pretenda aspirar a gestionar y retener el talento, como la Armada, debería disponer de un procedimiento que interrogue a este personal que ha decidido llevarse su talento a otra parte para preguntarles, como en aquella canción: ¿Por qué te vas?”.


Entrevistas

Este teniente coronel de Infantería de Marina decidió hacer esa investigación por su cuenta, a pequeña escala. Explica que entrevistó a oficiales que en los últimos dos años han pasado a la situación de excedencia, o a la de servicios especiales, para trabajar en el sector privado.


De estas entrevistas extrajo una serie de motivaciones con las que esos oficiales de la Armada justifican su decidió de interrumpir su carrera militar. Cita las siguientes: La mayor estabilidad familiar y la posibilidad de ofrecer a sus hijos un futuro mejor, la posibilidad de proyección en el momento de transición de destinos operativos a burocráticos y con solo dos ascensos previstos en los siguientes 20 años, el salario a percibir en las organizaciones internacionales y, en menor medida, en empresas civiles donde me ofrecen ir ascendiendo paulatinamente. También incluye el potencial de ascenso basado en el rendimiento actual, sin verse lastrado por los destinos o informes de hace 15 o20 años, el reto que suponen tareas y metas nuevas e interesantes, la falta de interés por el mando de unidades, que cada vez conlleva más contras que pros o evitar la incertidumbre ante los cambios de criterio en: asignación de mandos, destinos de extranjero, ascenso, perfiles de carrera, etcétera.


Observando la tendencia, y en base a esas entrevistas, el teniente coronel de Infantería de Marina autor del estudio señala que “los anhelos personales, las expectativas de carrera y las particulares circunstancias profesionales seguramente abran la puerta a un futuro en que la desvinculación voluntaria tendrá más protagonismo del que tradicionalmente ha tenido en la Armada”.


Nueva generación

Advierte que “viene por detrás una generación más preparada y más competitiva desde la entrega de Despachos, cuyos miembros quizá decidan probar suerte en la vida civil en fases mucho más tempranas, cuando aún disponen de una edad atractiva para los empleadores (quizá tras la asignación de mandos en el empleo de capitán de corbeta, la designación de plazas para el curso de Estado Mayor o a evaluación para el ascenso a Capitán de Fragata / Teniente Coronel)”.


Por eso reclama atender las motivaciones de los oficiales. Pero no sólo propone “preguntarnos por qué deciden desvincularse algunos oficiales o cómo hacer que se queden”, sino que apunta que más importante “podría ser preguntarnos el retorno positivo que la Institución podría obtener desde estos puestos de trabajo civiles”.


Plantea que a la Armada le da prestigio “que sus oficiales pasen a ocupar puestos relevantes en empresas y organizaciones”. También considera que sería positivo que esos oficiales que abandonan la carrera militar “podría formar parte de consejos asesores para la transformación y la mejora de los procesos de la Armada, aportando su asesoramiento experto sin verse condicionados por su categoría o expectativas castrenses”.

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