Neo Detectives, agencia ferrolana: “Cada servicio es distinto al anterior y requiere una planificación acorde”

Desde el año 2009, la agencia de detectives Neo opera en la ciudad naval y su entorno. Abordamos con su responsable, Juan, los diferentes pasos de una investigación, así como sus principales retos y obstáculos y el profundo impacto que la democratización de internet y las redes sociales han tenido en esta línea de trabajo
Neo Detectives, agencia ferrolana: “Cada servicio es distinto al anterior y requiere una planificación acorde”
Cartel de Neo Detectives en la calle Galiano | Daniel Alexandre

Hay profesiones que, por su imagen en la cultura popular o por el desconocimiento general de cómo se desarrollan, despiertan inmediatamente la curiosidad e imaginación de las personas y la de detective privado es un gran ejemplo de ello. El cine noir o la literatura cyberpunk han creado, directa o indirectamente, una figura casi mítica de esta labor, cuya realidad es quizás menos “peliculera”, pero a la vez más interesante, especialmente en los tiempos de internet.


En España hay registrados más de 5.000 de estos profesionales, de los cuales sobre 1.500 están en activo, uno de ellos en Ferrol. Se trata de Juan, responsable de la agencia Neo, en funcionamiento desde 2009 y situada en la calle Galiano. Desde una cafetería cercana al palacio municipal, el profesional explica que el suyo es un trabajo sacrificado, carente de rutina, en el que “hay días que no duermes, no comes, no puedes ni ir al baño”, pero también en el que cada jornada es distinta de la anterior.


“Nuestro trabajo, desde mi experiencia, es principalmente de calle, operativo, que es lo que a mi me gusta. Vigilancias, seguimientos, controles, captación de pruebas, etcétera”, explica, detallando que, no obstante, también hay “una parte muy importante de oficina”, con tareas como la elaboración de informes, el procesamiento de fotografías y vídeos o “preparar todo ese volumen de carga burocrática que tienes como cualquier trabajador autónomo”.

 

El comienzo de un operativo


Incluso la contratación de sus servicios está alejada de esa imagen cinematográfica de un cliente entregando entre sombras la fotografía de un objetivo para realizar un seguimiento. “Desde un aspecto básicamente legal, para que una persona pueda contratarnos tiene que cumplir determinados requisitos. Tiene que haber un interés legítimo y acreditable y el tipo de prueba tiene que ir enfocada a eso”, relata. En este sentido, Juan pone como ejemplo que “si tenemos que investigar a un trabajador que estuvo de baja y en el transcurso de esa investigación vemos que tiene una aventura extramatrimonial, eso, evidentemente, no se recoge en el informe ni se incluye entre las pruebas”.


Así, una vez “hay un contrato firmado y unos honorarios de inicio abonados”, detalla el profesional, se realiza una primera recopilación de información de la persona, que los aporta el cliente. “Datos como dónde vive, qué vehículos tiene, modelos y matrícula, dónde está su domicilio laboral...”, apunta. Con todo esto, relata el detective, se realiza una “evaluación previa” para planear el operativo, la cual determinará, por ejemplo, el número de investigadores necesarios o qué vehículos se tienen que emplear. “Cada servicio es distinto al anterior y la planificación tiene que ir acorde al mismo. Y a partir de ahí, es echarle horas, paciencia y cuidado”.

 

Dificultades del servicio


“Galicia es una zona muy complicada para el trabajo. Especialmente complicada”, relata Juan, explicando que lo que hace único este territorio en su profesión es, fuera de los grandes núcleos urbanos, la dispersión poblacional. “No ser intrusivo en el entorno del investigado cuando se encuentra en pequeños grupitos de casas, sin apenas tráfico y gente, donde se conocen todos, es terriblemente difícil”. Y es que, en entornos vecinales tan cerrados, es muy sencillo de se den “fugas de información”, incluso por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.


También las zonas más pobladas, a nivel operativo, pueden suponer todo un reto. Tráfico, muchedumbres, recorridos que pueden dejar al profesional al descubierto... “Al final no somos invisibles, se trata de seguir a la gente, no de perseguirla ni meterle miedo”, afirma, incidiendo en la importancia de no ser intrusivo y evitar que la otra persona se asuste. “Siempre va a haber problemas con los que no cuentes, el tema es intentar anticiparse a todo lo que se pueda”.


Por otra parte, el detective apunta, desde una perspectiva legal, a la falta “de un criterio unificado”. “¿Hasta qué punto has traspasado la línea?”, se pregunta, señalando que la valoración es subjetiva, tanto para el investigador, como para “las unidades de seguridad que nos regulan o incluso el juez”. “Todos nos marcamos nuestras propias líneas fuera de lo que viene regulado, al final se trata de trabajar y no acabar metido en un jaleo”.

 

La red de redes


Como ya se mencionó, Neo Detectives entró en funcionamiento en 2009, por lo que la trayectoria de esta agencia ha ido pareja a la democratización de internet gracias a los teléfonos móviles inteligentes y la explosión en popularidad de las redes sociales. “Yo cuando empecé Facebook se comenzaba a utilizar, pero luego estas plataformas empezaron a brotar de verdad”, apunta.


“Eso a nosotros nos ha aportado ventajas a nivel laboral, pero también complicaciones”, explica el investigador, señalando que, por ejemplo, hay personas tan activas en las redes que ni tan siquiera es necesario hacer un seguimiento constante, dado que van a “postear” su localización  continuamente. “También es verdad que ha facilitado ciertas conductas, como las infidelidades, que han sido una fuente de trabajo, al igual que los trabajos relacionados con menores”.


No obstante, como explica el profesional, esas ventajas también se pueden volver en contra del detective, “porque igual que suben todos esos detalles a las redes, también te pueden poner a ti al descubierto”. “De hecho, hemos detectado vídeos de algunos sindicatos en los que se instruye a los trabajadores a detectar y tomar contramedidas contra los detectives, animando a fotografiarlos a ellos y a sus coches. Es totalmente ilegal hacer eso, pero desde algunas plataformas se está incentivando ese uso”, lamenta.


Y es que, como explica, uno de los encargos más recurrentes que se reciben es el detectar falsas bajas o segundas actividades profesionales. A este respecto, Juan señala que antiguamente, cuando un trabajador solicitaba estas medidas, era habitual que ejerciese otra labor, dada la reducción de salario, pero que con la nueva legislación las cuantías casi no se reducen, por lo que las investigaciones se centran más en tareas “que a lo mejor no son las más aconsejables para su recuperación”. Así, respecto al “mito” del absentismo en España, el profesional admite que, por la propia naturaleza de su trabajo, su visión “es muy sesgada”, pero que depende mucho del sector en concreto. 

Neo Detectives, agencia ferrolana: “Cada servicio es distinto al anterior y requiere una planificación acorde”

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