Navantia se posiciona como la favorita para el programa FSS de Reino Unido

Navantia se posiciona como la favorita para el programa FSS de Reino Unido
Los buques de apoyo logístico no se consideran naves de guerra según la normativa europea, por lo que no se limitan a concursos nacionales | daniel alexandre

El grupo naval público Navantia se perfila como la opción favorita en el concurso de fabricación de tres buques de apoyo logístico para la Armada de Gran Bretaña, según recoge el diario pakistaní “The News”. De acuerdo con la publicación, numerosos medios británicos dan a la empresa española como la clara ganadora en el proyecto FSS –Fleet Solid Support–, pese a que la adjudicación del mismo no tendrá lugar hasta dentro de un año.


Esta información ha avivado las críticas de los sectores más conservadores del gobierno de Reino Unido, especialmente sensibles ante la posibilidad de un segundo referendum del Brexit tras la incapacidad del Gobierno de May de negociar un divorcio satisfactorio con Bruselas, principalmente por la frontera con Irlanda. 

Tal y como recoge el portal “Ft.com”, el Ministerio de Defensa británico estaría enfrentando grandes presiones por parte de la población para clasificar las naves del contrato, de 1.000 millones de libras –unos 1.150 millones de euros– como buques de guerra para, así, sortear la legislación europea contra políticas proteccionistas. Al igual que Estados Unidos, Gran Bretaña establece por Ley que toda maquinaria bélica debe ser producida en astilleros nacionales en interés de la defensa nacional. No obstante, las naves de apoyo no entrarían en esta categoría, estando el gobierno, por tanto, obligado a ofertarlas como un concurso internacional. El diario señala los casos de Francia e Italia como ejemplos a seguir y así evitar que una compañía no inglesa se haga con el suculento contrato.

Áreas afectadas
Una buena parte de la presión, según detalla el rotativo “The Scotsman” vendría por parte de los representantes de las áreas británicas con mayor tradición astillera, como Rosyth, Plymouth y Portsmouth.

“En un contexto de cierres masivos de astilleros y caídas significativas [de contratos], bien en Rosyth o en Appledore, resulta extraño que el Gobierno esté tan feliz de ceder contratos al extranjero en una competición internacional abierta”, aseguró al diario el representante del partido Laborista, Paul Sweeny. El político criticó duramente la decisión del Ejecutivo de May, señalando las capacidades de las instalaciones escocesas y afirmando que “sería una pobre decisión estratégica depender únicamente en distribuidores extranjeros para nuestras necesidades de defensa”.


A pesar de este revuelo, lo cierto es que las afirmaciones de estos medios son meramente especulativas, especialmente teniendo en cuenta los precedentes a los que el grupo público español se enfrentó durante los dos últimos concursos de estas características. Tanto en el proyecto de construcción de fragatas para Australia como el de Canadá, Navantia fue considerada como clara ganadora hasta escasas semanas antes de anunciarse el adjudicatario. Además, ambos concursos fueron finalmente concedidos a uno de los participantes de este último, BAE Systems, lo que despertó las suspicacias –y en el caso canadiense hasta llevó a uno de los participantes a presentar dos denuncias– de todas las compañías involucradas en los mismos.

Sin embargo este no es el único concurso al que concurre Navantia que ha levantado ampollas en el Reino Unido. Según informó la pasada semana la BBC, la compañía astillera Burntisland Fabrications (BiFab) habría asegurado un contrato de fabricación de 100 pilotes para el parque eólico Moray East, pero no para los “jackets” del mismo, que serán fabricados en Bélgica, en Emiratos Árabes Unidos y en España, algo muy criticado por los sindicatos.

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