Los tres mercados municipales de A Magdalena, Recimil y Caranza coinciden en que si no se vende en Navidad cuándo se va a vender. Y es que en el mes de diciembre, las plazas de abastos rebosan actividad y compradores como no lo hacen en todo el año.
“La gente busca calidad y buen precio”, explica Amor Pérez, vicepresidenta de la Asociación de Vendedores del Mercado de A Magdalena, que se pregunta además “por qué no lo hace el resto del año cuando la calidad sigue siendo la mejor y los precios son más económicos”.
Lo que está claro es que los puestos se esmeran en trabajar en estas fechas y también en ofrecer actividades para hacer más llamativas estas fiestas y también con el fin de que se pueda conciliar y que las familias acudan a los mercados, teniendo actividades de entretenimiento para los niños.
Así, en A Magdalena, con Espacio Vivo, se llevarán a cabo talleres de drones terrestres los sábados 22 y 29 de este mes y el 5 de enero en la nave de la carne, además de continuar con la apertura de los viernes por la tarde que lucha por asentarse y que tiene muy buena acogida en la parte de perecederos, aunque menos en la pescadería. Los viernes y sábados también se llevan a cabo degustaciones de elaboraciones con la “termomix” y se promocionan las compras con sorteos, como el del pasado 30 de noviembre que dejó 1.000 euros repartidos en vales de compra para consumir durante este intenso mes de diciembre.
También el mercado de Recimil se esmera en mostrar su mejor imagen en estas fechas y la decoración –además de las luces colocadas por el Concello, han adornado el interior los vendedores– así lo demuestra.
El responsable de la entidad de vendedores, Francisco Maceiras, reconoce que este año reciben más encargos que el pasado y su forma de agradecer a la clientela fiel sus compras se refleja en el reparto de pequeñas participaciones de lotería del mismo número de juegan todos en el mercado “el premio está en compartir, como dice el anuncio”, apunta Maceiras, que indica que con cada compra se regalan cinco céntimos del número y a lo largo de todo el mes se pueden ir juntando para alcanzar una cifra mayor.
Además, habrá obradoiros para niños, visita de Papá Noel y photocall. Las fotos se subirán al Facebook del mercado y la que reciba más “me gusta” optará al premio de una mochila.
En el mercado de Caranza esperan que estas sean las últimas Navidades en estas deterioradas instalaciones y que el año que viene estrenen un “mercado pequeño, moderno y adaptado a las necesidades del barrio”, explica Carlos Basoa, de la entidad de vendedores.
Entre tanto, no descuidan a la clientela, que crece en estas fechas, y por eso repartirán rifas con cada compra y pondrán en marcha actividades con el Concello para crear ambiente ya que, como coinciden todos los operadores, en ningún lugar puede encontrarse mejor producto fresco y a buen precio que en las plazas.