Manuel de Saralegui y Medina

Manuel de Saralegui y Medina
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Nacido en Ferrol el 4 de junio de 1851, el marino, filólogo e historiador Manuel de Saralegui y Medina, fue hijo del oficial de Cuerpo Administrativo de la Armada Leandro de Saralegui Fernández-Núñez, natural de Ferrol, y de Josefina Medina y Canals, natural de Ourense. Fue hermano del marino e historiador Leandro de Saralegui y Medina, natural de Tuy, y tío del también marino e historiador Alfredo de Saralegui y Casellas, natural de Ferrol.

Manuel de Saralegui ingresó en el Colegio Naval Militar el 1 de agosto de 1867, embarcando como guardiamarina en la fragata Berenguela a partir del siguiente año 1868, durante el período de la conocida como Revolución Gloriosa. El año 1870 se incorporó a las fuerzas navales de las islas Filipinas, participando en las operaciones  llevadas a cabo para la represión de la piratería y el contrabando. 

De regreso a España, el año 1873 tomó parte en diversos episodios de la tercera Guerra Carlista, siendo destinado de nuevo el año 1876 a las islas Filipinas donde perteneció hasta el año 1884, en que fue nombrado profesor de la Escuela Naval Flotante, a bordo de la fragata Asturias con base en Ferrol. A continuación Saralegui y Medina realizó el curso de especialidad de Torpedos en el Arsenal de Cartagena, pasando luego destinado a la Dirección de Establecimientos Científicos del Ministerio de Marina en Madrid, donde se dedicó a la organización de exposiciones y a labores de conservación de los Museos Navales.

En reconocimiento a sus trabajos científicos, el año 1887 Manuel  de Saralegui fue nombrado miembro de los Comités Ejecutivos de la Exposición de las islas Filipinas celebrada el año 1887 y de la Exposición Universal de Barcelona, que se celebró el año 1888, en ambos casos realizando un trabajo en el que fue reconocida su  eficacia y buen hacer.   

El año 1889 ocurrió un acontecimiento que marcó de forma definitiva su vida posterior. Habiendo sido nombrado Comandante del cañonero Paz, se produjo el hundimiento del citado buque, debido a un fuerte golpe de mar, cuando navegaba a la altura del Cabo Trafalgar. Celebrado el correspondiente consejo de guerra para depurar las responsabilidades del naufragio, el marino ferrolano quedó exonerado de cargo alguno. A pesar de ello, inculpándose de lo ocurrido, Manuel de Saralegui y Medina pidió el pase a la reserva y luego el retiro del servicio, que le fue concedido el año 1903. 

Una vez que pasó a la situación de retirado, Saralegui y Medina desempeñó el trabajo de Jefe de Adquisiciones de la Compañía Arrendataria de Tabacos, dedicándose a su afición de escritor. A su vez, dentro de la representación diplomática del Gobierno, desempeñó diversas labores en el extranjero, tales como fue su presencia en la apertura del canal de Suez o su participación en la administración colonial de las Islas Filipinas en plena crisis finisecular.  

Por el intenso trabajo llevado a cabo en los campos de la lexicografía y la filología, Saralegui y Medina fue nombrado el año 1894 académico correspondiente y el 31 de mayo de 1914 miembro de número de la Real Academia de la Lengua Española, pronunciando el discurso “El desarrollo del léxico: neologismos y extranjerismos”. Previamente había sido nombrado miembro numerario de la Real Academia de Historia el año 1904 y de la Real Academia de la Lengua Gallega el año 1910. Posteriormente, el año 1916 fue designado miembro de la Academia Sevillana de Buenas Letras. Igualmente perteneció a la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. En todas estas sociedades impartió una serie de cursos e interesantes conferencias. 

Fue  abundante y variada la producción escrita de Manuel de Saralegui y Medina, iniciada a partir del año 1904, tanto en el aspecto histórico como en el literario y filológico. Comprometido con la investigación humanística elaboró diversos estudios y narraciones, relacionadas con personajes que participaron en el Descubrimiento de América y las empresas españolas en Ultramar, casos de Cristobal Colón, Núñez de Balboa, Blasco de Garay y Bernardino de Mendoza. Igualmente estudió personajes históricos como los Almirantes de Castilla, Jofre Tenorio y Payo Gómez Chariño, Fernán Pérez de Andrade, el clérigo Fernández Varela, el corregidor madrileño Pontejos y el inventor de las cartas esféricas de navegación, Alonso de Santa Cruz. 

Además de otras obras de tema variado como “Consideraciones sobre el monopolio del tabaco” (Madrid, 1908), “Las trombas marinas” (Barcelona, 1915) y “Los monumentos megalíticos de España” (Madrid, 1918), la reconocida autoridad filológica y lingüística de Manuel de Saralegui le llevó a una intensa colaboración con la Real Academia de la Lengua, en especial relacionada con la corrección de entradas del diccionario académico referidas a temas navales. Fruto de esta notable labor fueron sus obras “Refranero español náutico y meteorológico” (Sevilla, 1917) y “Estudios Filológicos” (Madrid, 1926), publicada en cuatro volúmenes recopilando sus artículos en prensa y revistas.

Casado con Josefa Caabeiro en marzo de 1879 en Santiago, Manuel de Saralegui y Medina no tuvo descendencia,  falleciendo en Madrid el 20 de agosto de 1926. A su fallecimiento, Ramón Menéndez Pidal realizó su necrológica en la Real Academia de la Lengua. Publicaron sendas semblanzas de su vida y obra tanto Zamora Vicente como Torres Corominas en los boletines de las Reales Academias de la Lengua Española y de la Historia. En Ferrol Antonio Blanco y Guillermo Llorca publicaron recientemente su biografía. 

jjburgoa@hotmail.com

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