La firma pontesa Arteixo Telecom solicita el concurso de acreedores

La firma pontesa Arteixo Telecom solicita el concurso de acreedores
protesta de los trabajadores en febrero pasado daniel alexandre

La empresa pontesa Arteixo Telecom ha solicitado en el juzgado la entrada voluntaria en un concurso de acreedores, la antigua quiebra, según comunicaron sus responsables al comité, con la intención de superar el bache de contratos por el que atraviesa. Pese a que los directivos de la compañía expresaron su intención de no acudir a un proceso de rescisión de nuevos contratos, la situación ha despertado todas las alarmas entre los cerca de 160 trabajadores, que ya a finales de febrero protagonizaron una serie de protestas a raíz de cinco despidos.
La crisis hace mella en una empresa líder en el sector TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y que ha realizado en los últimos años esfuerzos en la diversificación de su negocio y en internacionalización. Así, la compañía centraba antes de 2009 gran parte de su actividad en el diseño y fabricación de aplicaciones para el sector del transporte y posteriormente entró también en otros ámbitos como la gestión medioambiental, la eficiencia energética o los servicios sociosanitarios.
La llegada de Arteixo Telecom a As Pontes, desde la localidad de la que sigue llevando el nombre, se produjo en 1999. El grupo de empresarios Global Diez, encabezado por Rafael Valcarce Baiget, se hizo cargo de aquella empresa en un momento de dificultades y alcanzó un acuerdo con la Xunta para trasladarla al polígono de Penapurreira, a las instalaciones que ocupaba la quebrada Italtel. Los 134 empleados procedentes de Arteixo y los menos de 50 que quedaban en Italtel formaron la plantilla del nuevo proyecto empresarial, que contó en su accionariado con la administración pública, concretamente un 22% de Sodiga. La buena evolución de la firma se hizo patente ocho años después, cuando la sociedad capital riesgo de la Xunta se retiró del accionariado. En aquel momento la empresa acababa de cerrar tres ejercicios consecutivos con crecimientos del 25% y los directivos creían que la crisis no afectaría de manera importante al sector de las telecomunicaciones.
En 2011, la cancelación y el retraso de algunos contratos llevó ya a Arteixo Telecom a aplicar un expediente de regulación de empleo, si bien se optó por la modalidad de la reducción de jornada. La medida se prolongó en 2012 y la firma trató ya de poner en marcha otro ajuste que hubiera incluido 34 despidos, de no haber llegado a un acuerdo con el comité para la prejubilación voluntaria de 22 trabajadores.
La plantilla expresó en febrero pasado su preocupación porque, pese a ello, poco después se rescindieron cinco contratos. Ahora, el comité ha acogido con desconfianza el anuncio por parte de la compañía de que la entrada en concurso de acreedores no llevará aparejada una medida de recorte de la plantilla. Los representantes de los trabajadores –cinco delegados de UGT, tres de CCOO y uno de la CIG– esperan tener más información a lo largo de la próxima semana. 

La firma pontesa Arteixo Telecom solicita el concurso de acreedores

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