El grupo industrial y de servicios IFFE Futura, con sede en Oleiros, anunció recientemente la firma de un compromiso de financiación por valor de 18 millones de euros para completar el desarrollo de su planta de producción de Omega 3 en el municipio de As Somozas. El proyecto, que surgió antes del estallido de la pandemia de coronavirus, se vio paralizado por la coyuntura económica y social derivada de la epidemia mundial; retomándose ahora gracias a la aportación de varios inversores liderados por la empresa de gestión de capital de riesgo barcelonesa Inveready.
Tal y como señaló el grupo, la firma catalana aportará un total de nueve millones de euros a través de fondos híbridos, a los que se sumarán otros cuatro por parte de inversores privados; cuatro del Banco Sabadell; y 1,25 de la Xunta a través de la sociedad
Xesgalicia.
Según explica el consejero delegado de IFFE Futura, David Carro, el proyecto surgió “tras entrar en contacto con el grupo promotor” antes del inicio de la epidemia de Covid. “Una vez se estabilizó el tema de la pandemia hablamos con los distintos financiadores y retomamos las conversaciones y es por ello que pudimos culminar ahora la financiación que se necesitaba”, señala Carro.
De igual forma, el máximo responsable de la firma explica que el grado de desarrollo de las instalaciones a día de hoy se encuentra en un 80% a nivel de diseño y en un 60% en ejecución de las mismas. “Los diseños ya estaban al 80% finalizados [antes de la pandemia], pero los encargos para adquirir los equipamientos diseñados requerían de esta financiación” para su puesta en marcha, señala Carro. Asimismo, los planes de la compañía situarían el inicio de la producción el año que viene, si no se presentan nuevas eventualidades. “La estimación técnica es de un año”, detalla el consejero delegado, añadiendo que “si no sucede nada extraordinario de nuevo –en relación tanto a la Covid como a la guerra de Ucrania– el tiempo previsto de finalización mecánica de la planta son doce meses para estar plenamente operativos y vendiendo Omega 3”.
En cuanto al producto en sí, Carro explica que el desarrollo de esta sustancia pasa por el refinamiento de aceite de pescado, el cual se procesa para eliminar impurezas para que se pueda añadir al producto final sin alterar sus propiedades. “La materia prima es el aceite de pescado extraído por las industrias pesqueras. Nuestros principales caladeros de origen serán los de Sudamérica, Chile y Perú fundamentalmente, que es donde hay industria pesquera, donde las aguas son más cálidas y donde la suciedad de los océanos está menos presente”, apunta el consejero delegado. Tras importar este aceite al puerto de Ferrol, este se traslada a la planta de As Somozas, donde se somete a un proceso conocido como RBD –refinado, blanqueado y desodorizado–.
“Por ilustrarlo, un ejemplo claro es la leche con Omega 3 –apunta David Carro–. Si mezclas la leche para enriquecer sus propiedades metabólicas para el organismo con omega 3 y ese elemento deteriora el color blanquecino de esa leche que enriquece o perjudica sus propiedades de olor y sabor, claramente estás empeorando el producto. De nuestra planta deberá salir un aceite de la mejor calidad organoléptica, es decir, que no tenga ninguno de esos elementos”. Tras este proceso, el aceite graso purificado se vende a otras empresas mayoristas que lo añaden a sus productos finales.
Además, tal y como señala la compañía, esta actividad tendrá su impacto en toda la cadena de valor, dado que no solo creará una treintena de empleos, sino que también afectará, por ejemplo, a las operaciones portuarias de Ferrol y al sector del transporte –de hecho la elección de la ciudad naval responde directamente a su ubicación geográfica estratégica–.
Por último, en cuanto a las posibilidades de expansión de esta nueva industria en un futuro, David Carro anticipa que, una vez finalizada esta primera fase –y con la planta ya en marcha y estable– el objetivo es llevar a cabo una segunda de cara a posibilitar el aumento de la concentración de Omega 3 en el producto final.
De hecho, como apunta el consejero delegado, la parcela en la que se ubican las instalaciones, de 30.000 metros cuadrados, “es mucho más amplia de lo que esta primera fase ocupa”, en previsión de una futura ampliación cuando el proyecto esté en marcha. l